Introducción

No cabe duda de que los humanos son una especie artística. Creamos música, programas de televisión y películas, además pintamos, dibujamos y esculpimos. Todas esas cosas son arte. Los seres humanos somos capaces de pensar en abstracto. Imaginamos y creamos cosas que no existen, como unicornios, monstruos y superhéroes. También nos basamos en los logros de períodos anteriores para crear arte que se fundamenta en la historia, pero que también es nueva.

El arte nos une en comunidades y redes compartidas que se han desarrollado como resultado de nuestra creatividad. Como los humanos hemos producido diferentes obras de arte, las hemos intercambiado por otras mercancías. Así es cómo las obras de arte viajan de una comunidad a otra. Como resultado, las personas aprenden sobre nuevas técnicas, las mejoran y crean nuevas obras de arte. Todas estas habilidades y creaciones artísticas ayudan a dar forma a la cultura humana.

Pero, ¿en qué momento desarrollaron los humanos por primera vez las habilidades cognitivas (intelectuales) para crear arte? ¿Fueron los Homo sapiens la única especie que desarrolló estas habilidades? ¿O las tenían también especies anteriores, o incluso otras especies animales? ¿Son necesarias las habilidades lingüísticas y el aprendizaje colectivo para crear arte?

Estas preguntas no son fáciles de responder. Esto se debe principalmente a que no tenemos registros escritos de estos períodos y han sobrevivido pocos artefactos. A pesar de estas limitaciones, los arqueólogos y antropólogos han ofrecido varias teorías para responder a estas preguntas.

La revolución cognitiva del Paleolítico

Muchos académicos están de acuerdo en que un desarrollo clave convirtió a nuestra especie en humanos completamente modernos: la revolución cognitiva del Paleolítico. Es el momento en el que los humanos desarrollaron la capacidad intelectual necesaria para adquirir el lenguaje, pensar de forma abstracta y aprender colectivamente. Fue entonces cuando pudimos crear música, arte, danza y tecnología como instrumentos, juguetes, herramientas y armas. Básicamente, estas son todas las cualidades en las que pensamos cuando hablamos sobre la conducta y la cultura humana moderna. Para muchos académicos, estas características son las que hacen que los seres humanos sean únicos y diferentes de todas las demás especies.

Desde aproximadamente la década de 1950 hasta hoy, los arqueólogos y antropólogos creían que estas habilidades cognitivas se desarrollaron con la evolución de Homo sapiens. La nuestra fue la única especie humana que sobrevivió. Otros cuyos cerebros no se desarrollaron de la misma manera, como los Neandertales, se extinguieron. Muchos creen que nuestra supervivencia fue posible gracias a esas mismas habilidades cognitivas que podían crear palabras y arte. Por eso, algunos de los productos de esta revolución cognitiva contemplan el desarrollo del lenguaje, el aprendizaje colectivo y la creación de arte simbólico. Todos estos elementos estaban presentes en los Homo sapiens. Esto es lo que les permitió dibujar pinturas rupestres y realizar esculturas que expresaban claramente algún pensamiento simbólico.

La revolución cognitiva del Paleolítico superior: Pinturas rupestres y venus paleolíticas

Las pinturas rupestres son el arte paleolítico más reconocido que se encuentra en Europa, principalmente en España y Francia. Datan del período Paleolítico superior hace unos 45.000 años atrás. (El período Paleolítico superior contempla el período de tiempo desde 50.000 años atrás a cerca de 10.000 años atrás). Esto es lo que se nos queda en la mente y encaja con la definición de arte: pinturas de humanos y animales que podrían representar algún significado religioso o espiritual, como las que se muestran en las imágenes a continuación. Otra forma de arte que se ajusta a esta definición son las figuras tridimensionales conocidas como venus paleolíticas. Un ejemplo es la bastante conocida Venus de Willendorf. Estas figurillas podrían haber tenido algún significado espiritual, como la fertilidad o símbolos de diosas. Algunos académicos piensan que eran representaciones de espíritus animales.

Estas obras de arte pueden representar una revolución cognitiva por parte del Homo sapiens que vivió en las regiones europeas ahora llamadas España y Francia. Alguna vez se pensó que estas habilidades culturales eran el resultado de un repentino cambio cognitivo que distinguía a nuestra especie de todas las demás. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que estas habilidades cognitivas fueron un desarrollo gradual.

Esto es similar al debate que rodea el surgimiento de las redes de lenguaje y el aprendizaje colectivo. Algunos académicos argumentan que esta fue una revolución rápida que ocurrió hace unos 50.000 años, entre 150.000 y 200.000 años después de la evolución del Homo sapiens. Otros creen que la transición hacia el lenguaje y el aprendizaje colectivo se produjo de manera más gradual. Más de una especie humana puede haber tenido talentos artísticos, según estos investigadores. Si esa teoría fuera correcta, significaría que adquirimos habilidades cognitivas en el momento en que las herramientas humanas mejoraron. Eso es al menos unos 80.000 años atrás y posiblemente incluso después.

Arte del Paleolítico medio: Herramientas, armas y cuentas

Hablando de un momento anterior, volvamos al Paleolítico medio, entre 300.000 y 50.000 años atrás. Los humanos creativos en ese entonces usaban la arcilla roja llamada ocre para pinturas corporales decorativas. Crearon herramientas y armas como arcos y flechas. Las herramientas no se consideran generalmente formas de arte. Sin embargo, requieren habilidades cognitivas para crear y capacidad intelectual para mejorar los diseños.

Otro arte paleolítico primitivo se componía de patrones geométricos, representados en la siguiente imagen de la cueva de Blombos en Sudáfrica. Este período también fue testigo de la creación de cuentas hechas de conchas, pintadas y ensartadas en collares y otras decoraciones. Este tipo de arte se creó hace al menos 75.000 años, unos 30.000 años antes que las pinturas rupestres. Por lo tanto, parecería que debemos realizar un esfuerzo por retroceder el período de tiempo para que esta revolución cognitiva incluya a los humanos artísticos que vivieron en el Paleolítico medio. No fue solo para los pintores rupestres que existieron durante el Paleolítico superior.

¿Qué pasa con las especies humanas que desarrollaron herramientas mucho antes de este período, incluso antes de la evolución del Homo sapiens hace unos 250.000 a 300.000 años atrás? ¿Sus logros nos obligarían a extender aún más la revolución cognitiva? ¿O qué ocurre con los humanos primitivos que fabricaban instrumentos musicales o bailaban como parte de los rituales? Estas son ciertamente formas de expresión artística que requerirían pensamiento simbólico y quizás habilidades tempranas de lenguaje.

¿O qué ocurre con otras especies humanas como los Neandertales que tenían una estructura social compleja y enterraban a sus muertos? De hecho, hallazgos recientes en España muestran que los Neandertales crearon pinturas rupestres e hicieron cuentas con conchas desde hace unos 120.000 a 64.000 años. Esto fue mucho antes de la llegada del Homo sapiens en esta región. Por lo tanto, ¿podría la revolución cognitiva incluir realmente a otras especies humanas?

También existen formas de cultura humana y evidencia de que estos humanos tenían algunas habilidades cognitivas. Algunas de estas formas de arte pueden no ser tan avanzadas como las del Paleolítico superior. Aún así, ellas representan el pensamiento simbólico.

Conclusión

Entonces, ¿debería cambiar nuestra definición de lo que consideramos arte para incluir estas primeras formas de creación humana? Ciertamente existe mucha evidencia que sugiere que las innovaciones tecnológicas como la fabricación de herramientas deben considerarse una forma de arte. Se necesita mucha habilidad y creatividad para dar forma a herramientas y armas. Los que luego se empuñaban (se unían) a palos más largos para usarlos como lanzas, o se unían a flechas y se disparaban con arcos, eran especialmente complejos en ese momento.

A medida que los humanos compartieron estas habilidades a través del proceso de aprendizaje colectivo, las herramientas mejoraron gradualmente y se descubrieron nuevas innovaciones. Esto, a su vez, podría indicar que las habilidades cognitivas comenzaron mucho antes de la creación de pinturas rupestres. Eso significa que las raíces del pensamiento cognitivo de los humanos podrían extenderse mucho más atrás que hace 40.000 o 50.000 años.