Todas las formas y tamaños

Tendemos a pensar en los imperios como algo realmente grande. El Imperio Británico controló cerca de 14 millones de millas cuadradas, ¡cerca del 24% de todo el mundo! Pero ese ejemplo, de 1920 d.C., es un poco reciente para obtener realmente una idea de los 4.300 años de imperio que ha experimentado el mundo. El Imperio Acadio de Mesopotamia (2330 - 2200 a.C.) controló solo 30.000 millas cuadradas en sus inicios, apenas la mitad de Carolina del Sur y se duda que dicho control imperial se haya extendido más allá. Como veremos, los imperios se miden con mayor precisión mediante el poder y la riqueza, en lugar de contar millas cuadradas.

Desarrollo de una definición

En su esencia, un imperio es una organización política compleja en donde un estado central dominante controla los estados periféricos (exteriores) más débiles. No existe una única receta para crear un imperio, pero el ingrediente principal siempre es el control. En los numerosos ejemplos de imperios de la historia, determinamos que virtualmente cualquier tipo de estado puede ejercer poder sobre otros estados para crear un imperio, pero los resultados varían. El control de la parte central sobre las zonas periféricas puede debilitarse o fortalecerse, y puede fluctuar incluso dentro de un imperio.

El primer imperio conocido fue el Imperio Acadio. Por unos 1.000 años, Mesopotamia fue dominada por ciudades-estado (pequeñas unidades políticas), en donde una ciudad controlaba su área circundante. En 2330 a.C., Sargón de Acadia tomó el control de la parte sur de Mesopotamia. Gobernó desde la ciudad de Acad, el centro de su pequeño imperio. Las otras ciudades-estado mantuvieron sus identidades políticas, aunque ahora operaban como la periferia del imperio de Sargón, les gustase o no.

Comparemos esto con lo que ocurrió en Egipto. Entre el 3100 al 3000 a.C., un gobernante de Egipto Superior conquistó Egipto Inferior. Este puede haber sido un evento o una serie de eventos durante los reinados de múltiples gobernantes. Aunque Egipto era en realidad más grande, no se convirtió en un imperio como Acadia. Era realmente un reino. El Alto y el Bajo Egipto se unieron política y culturalmente, y los ciudadanos de ambas regiones se identificaron a sí mismos como “egipcios” en lugar de ciudadanos de una ciudad o región en particular.

En general, la creación de un imperio es el resultado de un impulso para acumular poder y control. En Mesopotamia, los gobernantes poderosos de las ciudades estado obtenían más poder conquistando a sus vecinos. Desde los siglos VI a IV a.C., varios estados del norte de la India (Mahajanapadas) lucharon por el poder. La región finalmente cayó ante el Imperio de Nanda (345-322 a.C.), que a su vez perdió el control del Imperio Maurya (322-185 a.C.). Vemos un desarrollo similar en China: Mientras los reinos del Período de los Estados Beligerantes (402-221 a.C.) luchaban por el dominio, los Qin los conquistaron a todos, creando el primer imperio chino.

Entonces ¿a qué se debe el imperio?

El imperio requiere de un centro para controlar los estados periféricos, pero, ¿por qué los gobernantes desean un imperio en primer lugar? Administrar un imperio es complicado. Crean desigualdad con la gente que habita en la periferia, quienes no gozan de los mismos derechos y estatus que la gente del centro. De hecho, la mayoría de la población en la periferia era oprimida y eso solía terminar en revueltas que necesitaban un alto. Todo esto es costoso, por lo que la expansión y el control sobre la periferia debe tener un alto costo.

No hay una sola razón que justifique la existencia de los imperios. Las diversas razones son únicas del centro de cada imperio. En el caso de Mesopotamia, el imperio era una solución práctica al problema de los recursos. La región carecía de materiales importantes como madera, piedra y mineral metálico. Es cierto, estas cosas se podían obtener a través de redes de comercio con los estados externos. Entonces, simplemente con conquistar regiones con estos recursos asegurarían una fuente más económica y confiable para el imperio.

Para otros imperios, los recursos eran un beneficio secundario. Las metas principales eran a menudo la seguridad y la riqueza. Roma se expandió por primera vez fuera de Italia durante las Guerras Púnicas contra Cartago (264-146 a.C.). Rápidamente se convirtieron en un imperio, controlando la mayor parte de la cuenca del Mediterráneo. Su expansión inicial fue el resultado de un temor a vecinos poderosos, ya que los romanos pensaban que podían convertirse en una amenaza en cualquier momento. Entonces procederían a atacarlos y a derrotarlos antes de que pudieran lastimar a Roma. A medida que su imperio se expandía, recursos como el grano, mineral, esclavos e incluso la salsa de pescado (¡mmmh!) circulaba hacia Roma en grandes cantidades, dando a los romanos, o al menos a algunos de ellos, una inmensa riqueza.

Centro versus periferia

La relación entre el centro y la periferia se define por la desigualdad. El centro, como el trono de poder, se identifica a sí mismo como superior sobre su periferia. Esto ayuda a justificar el control del centro sobre la periferia. Esta desigualdad suele reforzarse a través del sistema legal. La gente que habitaba en la periferia por lo general no cuentan con los derechos y protecciones atribuidos a los habitantes del centro. De esta manera, la comunidad general de un imperio se divide por estatus en comunidades más pequeñas.

Cuando un imperio ejerce control directo sobre su periferia, gestiona el riesgo de abusos contra la gente de la periferia. Este podría ser una “falla” de los imperios, pero también podría ser una “característica”, dado que es bastante común. Debido a que no se percibe a las personas en la periferia como verdaderos ciudadanos, no cuentan con mucha protección legal. Hubo innumerables quejas de los pueblos periféricos contra los gobernadores romanos, a quienes se les permitía legalmente robar, golpear e incluso matar. El Imperio Han cometió abusos similares contra sus pueblos en la periferia.

Uno de los ejemplos más gráficos proviene del Imperio Ateniense en la antigua Grecia. La ciudad-estado de Mitilene pertenecía a su periferia. Cuando Mitilene intentó romper con el control ateniense, los atenienses declararon el siguiente castigo: todos los hombres serían asesinados y todas las mujeres y los niños serían vendidos como esclavos. En el último minuto, los atenienses decidieron perdonar a la población de la ciudad, habiéndolos aterrorizado lo suficiente para llegar a la rendición.

Desafíos para el imperio

El primer imperio no tenía modelos que seguir y ese fue un desafío. Los cursos de historia mundial aún no existían, por lo que los emperadores tempranos no podían investigar los ejemplos anteriores. Los primeros imperios de Mesopotamia solo duraron unas cuatro generaciones cada uno; menos de 200 años. Eso debido a que cada uno debía imaginar cómo administrar un imperio. Gobernar y alimentar a millones, defenderse de los enemigos, velar por el cumplimiento de las jerarquías sociales fue mucho para aprender. Era como aprender a volar un aeoroplano que ya estaba en el aire. Había un considerable grado de ensayo y error implicado, y solo toma unos pocos errores hacer que un imperio se desplome.

Y luego tenemos el problema de la periferia. Hemos mencionado el problema de la desigualdad, con un centro sólido a menudo oprimiendo a los forasteros débiles. Pero cuando la periferia se fortalece, es difícil para el centro controlarla. Cada vez que un emperador acadio fallecía, su sucesor enfrentaba las insurrecciones en la periferia durante las rebeliones de las ciudades- estado. Las periferias más débiles eran más fáciles de controlar.

Otro grupo que podía ser un problema para los imperios eran los nómadas y seminómadas que vivían más allá de sus fronteras. Estos grupos desarrollaron una relación complicada con sus imperios vecinos. Deseaban, y a menudo necesitaban, la riqueza del imperio. Pero debido a que normalmente eran tratados como “bárbaros”, con frecuencia tenían que atacar el imperio para conseguir algo. Si querían convertirse en parte del imperio, como lo hicieron a menudo, enfrentaron abusos significativos debido a su diferencia u “alteridad”.

La sobreextensión es otro problema potencial. A medida que el imperio conquista más territorio, se dificulta el control de la periferia. La gente que vive en territorios alejados del centro por lo general no siente una conexión cercana al imperio. Los imperios necesitaban lealtad de su periferia, y con frecuencia enviaban grandes ejércitos para conseguirla. Otro problema radica en que a medida que el imperio se expande, también lo hacen sus fronteras. Las fronteras más largas tienen un mayor costo para defenderse de los forasteros. Tanto el imperio Han como el romano lucharon para proteger sus fronteras en expansión contra los invasores.

Conclusión

Se han formado imperios alrededor del mundo a lo largo de la historia. Los primeros tuvieron una corta existencia y tampoco fueron muy exitosos, pero con el tiempo, los imperios fueron mejores en el ejercicio de su control sobre las demás personas. El beneficio principal para el desarrollo de un imperio es un mejor acceso a los recursos. Sin embargo, los imperios tienen un alto costo. Cuando los imperios pierden el control y se derrumban, como sucede con todos, generalmente se debe a que ya no pueden pagar ese costo.