Resumen de los nuevos sistemas económicos

Por Eman M. Elshaikh
Estamos acostumbrados a las tarjetas de crédito hoy en día, pero la sola idea de crédito, interés y banca fueron innovaciones bastante radicales en nuestra historia económica; e impulsaron el surgimiento del capitalismo en Europa.

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A painting of many men crowded in a courtyard. Many are wearing grand-looking clothing, such as tall hats and long overcoats.

Introducción

Un personaje en la obra de Shakespeare Hamlet le dio a su hijo un duro consejo cuando le dijo: “No pidas prestado, ni seas prestamista”. Sus palabras reflejaban la idea de que prestar dinero era inmoral, al menos en su propia sociedad en Inglaterra. Pero si observan la historia de la economía del mundo en Era 5 (cuando Hamlet fue escrito), la gente realmente no siguió este consejo. En la época de Shakespeare, prestar dinero era algo increíblemente común, en especial en Inglaterra, ¡aunque también en otras partes del mundo! Permitió muchas transformaciones económicas, sociales y políticas. Formaba parte de un patrón más amplio de cambio económico que reconfiguró por completo la producción y la distribución en todo el mundo; formado nuevas redes; creó una clase media; y también contribuyó al surgimiento de las naciones-estado y el capitalismo.

Innovaciones en finanzas

Para comprender estos cambios, necesitamos volver a un momento en la historia en el que el crédito no era tan generalizado. Pero primero, debemos definirlo. El crédito es un contrato entre un deudor y un prestamista respecto a que un préstamo se pagará en instancias posteriores. En muchos casos, el contrato incluye intereses. El interés es lo que el deudor debe reembolsar además del valor del préstamo inicial. Existen algunos ejemplos antiguos de crédito e interés. Los arqueólogos han descubierto tablillas mesopotámicas antiguas del segundo milenio a.C. que tienen contratos financieros grabados que describen una cantidad de cebada que debía devolverse.

Square-shaped stone slab that has text carved into it.
Tableta mesopotámica de c. 1780 a.C con un contrato por un préstamo de cebada tallado en cuneiforme. Por el Museo Metropolitano de Arte, dominio público.

Entonces, ¿por qué un personaje de Shakespeare dijo que estaba tan mal 3600 años después? ¿Por qué no era de uso común? Primero, cobrar interés había sido prohibido por la iglesia cristiana y por otras instituciones religiosas. Entonces, los grupos no cristianos, que a menudo estaban excluidos de las oportunidades económicas, tendían a ser los únicos que lo hacían. Convertirse en prestamistas de dinero no hacía más que aumentar la discriminación hacia ellos. De hecho, en otra obra de Shakespeare, El mercader de Venecia, figura un prestamista judío de nombre Shylock como villano central, reflejando un estereotipo antisemita.

Liber Abaci de Fibonacci

A page of a book covered in calligraphy. The page looks old and is yellowed slightly.
Una página del Liber Abaci. Dominio público.

Incluso si apartamos el aspecto moral en torno al crédito y al interés, la gente no conocía realmente cómo usar estas tecnologías. Se utilizaban en partes de Asia, pero no habían llegado a Europa aún. Leonardo de Pisa, también conocido como Fibonacci (c. 1175-1250), escribió un libro llamado Liber Abaci, que cambió todo eso. Recorrió largo trecho, reuniendo conocimiento matemático que se había originado en el Medio Oriente y la India. Su libro introdujo en Europa las fracciones y los decimales, así como el sistema numérico hindú-árabe (1,2,3, etc.). Estos funcionaban mucho mejor que los numerales romanos, que ni siquiera tiene un símbolo cero. Piensen en ello: sin el sistema hindú-árabe, un número de teléfono como 867- 5309 apenas cabría en una nota adhesiva porque se vería así: VIII VI VII - V III NULLA IX. El libro de Fibonacci también contenía ideas importantes que ayudaron a resolver problemas económicos existentes, como poner precio a las mercancías, convertir divisa, calcular ganancias y tasas de interés, y predecir el rendimiento de las inversiones.

Los primeros bancos modernos

Las ideas de Fibonacci adaptadas del trabajo de académicos musulmanes e hindúes revitalizaron la ya animada actividad económica en Florencia y Venecia. Estas ciudades eran parte de amplias redes comerciales, y fue en ellas que surgieron los primeros bancos modernos. Actualmente, los bancos parecen estar en cada esquina, pero hace solo unos siglos, el concepto de una institución que administre el dinero y ofrezca préstamos era algo nuevo.

Basados en parte en tecnologías del sur y suroeste de Asia, los bancos desarrollaron nuevas formas de administrar el dinero, como la letra de cambio (a veces llamada pagaré), lo que significaba que el banco cumple la promesa del comprador de pagar al vendedor. Las letras de cambio ayudaron a las personas a darse dinero entre sí sin intercambiar efectivo y sin tener el dinero inmediatamente a mano. Estas letras también podían venderse o transferirse a otros y eran más seguras de transportar por largas distancias. Si les resultan conocidas, es porque se asocian a los cheques de la actualidad.

Dato curioso: la palabra del inglés check (cheque) viene de la palabra persa del siglo III čak, ¡que provino de la palabra árabe sakk durante el Califato abasí!

Intercambio de monedas internacionales

Entonces, por un tiempo, el Mediterráneo fue un punto de acceso financiero. Pero el poder cambió a la larga del Mediterráneo al norte de Europa. Los bancos neerlandeses, británicos y suecos adaptaron tecnologías extranjeras a sus propios sistemas económicos. También desarrollaron nuevas tecnologías financieras, como el intercambio de divisas y el uso de una moneda estándar para débitos y transferencias. El comercio se volvió más eficiente, porque ahora se podía mover dinero sin tener que usar monedas o letras de cambio.

Bonos

Durante esta época, los bancos comenzaron a administrar dinero en cantidades mucho más grandes, incluso lidiando con las deudas de gobierno. Por ejemplo, cuando el gobierno inglés necesitaba dinero para financiar una guerra con Francia, el Banco de Inglaterra vendía bonos a sus clientes. Los bonos eran básicamente préstamo al gobierno, que terceros podían dar a través de un banco y el gobierno prometía pagarlos de vuelta sumando interés en una fecha ulterior.

Several men wearing long, wavy wigs sit and stand around a table in discussion
Sellado de la Carta del Banco de Inglaterra (1694), de Lady Jane Lindsay, 1905. Dominio público.

El colonialismo y el ascenso de las sociedades por acciones

Estas tecnologías financieras revolucionaron la forma en que muchas naciones lidiaban con el comercio, la guerra y especialmente con la expansión colonial. Aun así, el comercio internacional era riesgoso y costoso. Enviar una flota de barcos por el océano, y pagar y alimentar una tripulación, era una apuesta financiera que pocos individuos podían realizar. Durante la Era de la Exploración, una incursión exitosa prometía a los mercaderes grandes ganancias. Pero si el barco se hundía o si no se encontraba nada de utilidad, se perdía todo el dinero. Si tan solo hubiera una forma de compartir ese riesgo con los demás...

La respuesta yacía en las sociedades por acciones. Varios inversionistas compartían la propiedad de una sociedad por acciones: simplemente dividían los costos iniciales y compartían las ganancias. Las empresas comerciales de alto riesgo y alto beneficio se hicieron más comunes.

Sí, podían fracasar, pero las sociedades por acciones reducían las pérdidas individuales. La empresa básicamente se convirtió en algo separado para que ninguna persona asumiera una carga enorme. Pronto, surgieron los mercados bursátiles, facilitando la compra y venta de acciones en una compañía. Para bien o para mal, un segmento mucho más grande de la población se convirtió en comerciante.

Imperios como empresas

Estrictamente hablando, las sociedades por acciones no eran algo nuevo, dado que sabemos de su existencia en la dinastía Song en China alrededor 1000 d.C. También existían en una forma diferente en el mundo musulmán. Aunque en los siglos XVI y XVII, el modelo de sociedad por acciones despegó en realidad a una escala más internacional, comenzando en Europa.

El imperialismo como negocio privado puede sonar algo extraño, pero las sociedades por acciones a menudo lograban financiar proyectos de colonización mejor que los gobiernos. La administración de un imperio no era barata, ya que los viajes y los costos de administración realmente podían sumarse. Entonces cuando se trataba de construir imperios en el extranjero, las sociedades por acciones eran la clave. Entre los más ricos estaban la Compañía Británica de las Indias Orientales y la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. Se trataba de compañías, no de gobiernos, aún así se hacían cargo de la administración colonial en India a nombre de los británicos y los neerlandeses.

A medida que los europeos obtuvieron acceso a las especias y otros productos de todo el mundo, la demanda de los consumidores aumentó drásticamente; sin duda un rápido recorrido por la tienda de comestibles les mostrará que la demanda nunca desapareció. Cosas como el azúcar, la pimienta y el café eran demasiado costosas para importarlas a Europa. Pero bajo el imperialismo europeo, eran productos básicos valiosos como materias primas, que luego se convirtieron en productos elaborados lucrativos.

Una competición global

Los países europeos, que buscaban controlar los recursos en todo el mundo, comenzaron a ver a otras naciones como competencia. Muchos países europeos fomentaban políticas mercantilistas. El mercantilismo es una filosofía económica en la que un gobierno utiliza su economía para expandir el poder político, prohibiendo el libre comercio. El objetivo es vender más de lo que compras para enriquecer más a tu país y aumentar su autosuficiencia.

Estas políticas económicas provocaban que los imperialistas quisieran tener más colonias por algunas razones. En primer lugar, la nueva tierra era una fuente de materias primas necesarias para fabricar todas las cosas que se habían vuelto tan comercializables. Segundo, las colonias eran nuevos lugares para que los europeos vendieran sus productos elaborados. Pero no funcionaba en dos vías; los habitantes indígenas y de las colonias no podían comerciar con otros países.

El ascenso de la clase media

El comercio estaba en su apogeo, al menos en Europa. En un mundo en el que solía haber solo unas pocas personas ricas y mucha gente pobre, las clases medias comenzaron a surgir, particularmente en Europa. Esto tuvo mucho que ver con el ascenso de la clase mercante, que fue capaz de generar riqueza a través del comercio. A medida que las clases medias ganaron poder, también comenzaron a hablar entre sí y a tratar de ganar más poder político. Las ideas de la Ilustración daban vueltas alrededor y más gente adquiría un sentido de pertenencia nacional, el cual solo aumentaba cuando la riqueza nacional lo hacía. Todo esto llevó a un nuevo entorno político y social durante los siglos XVII y a comienzos del siglo XVIII.

Capitalismo y libre mercado

En este contexto, un nuevo sistema económico comenzó a surgir: el capitalismo. Probablemente escucharon de él. El capitalismo, en términos sencillos, es un sistema en donde la economía de un país es controlada por empresas privadas; contrariamente a lo que ocurría con el gobierno o con los trabajadores. Las economías europeas no asumieron esta forma de inmediato, dado que bajo políticas mercantilistas el gobierno controlaba gran parte de la economía. Aunque con el tiempo, algunos gobiernos europeos adoptaron un enfoque laissez-faire (“déjalo estar”). Simplemente dejaron que las empresas privadas compraran y vendieran sin demasiada intervención del gobierno. Entonces, ¿cómo se vio este cambio sobre la práctica? A medida que el comercio se expandía, algunas sociedades por acciones y terceros actuaron como capitalistas. Contrataban personas que habían sido campesinos, pero que ahora se desempeñaban como obreros, lo que significa que debían vender su trabajo para sobrevivir. También compraban sus herramientas, granjas, minas y edificios. Al juntar esas cosas con el trabajo, estos capitalistas fueron capaces de producir cosas a gran escala y luego venderlas para obtener una ganancia; una ganancia que no tenían que compartir con sus trabajadores.

Conclusión

Es imposible exagerar las consecuencias dramáticas de estos cambios económicos. El crédito no era algo nuevo, pero aumentó considerablemente en la Era 5. Las innovaciones financieras como las sociedades de acciones aportaron directamente a la expansión de los sistemas coloniales. Otro de los grandes reinicios fue la producción y la distribución, concentrando la producción de bienes en las colonias europeas, y su distribución hacia Europa y las colonias. Mercancía, dinero y gente fluía a través de las nuevas redes, reorganizando completamente las comunidades en naciones con clases distintas. Y esas clases y naciones, particularmente en Europa, finalmente adoptaron una economía capitalista que cambiaría por completo la producción y la distribución globalmente.

Fuentes

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Eman M. Elshaikh

La autora de este artículo es Eman M. Elshaikh. Es escritora, investigadora y maestra que ha enseñado en los grados K-12 y a estudiantes universitarios en los Estados Unidos y en el Medio Oriente y escrito para diferentes audiencias. Enseña escritura en la Universidad de Chicago, donde también completó su maestría en ciencias sociales y actualmente está cursando su doctorado. Anteriormente, fue becaria de historia mundial en Khan Academy, donde trabajó en estrecha colaboración con el College Board para desarrollar el plan de estudios de Historia mundial AP.

Créditos de las imágenes

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Portada: El jardín de Beurs en Amsterdan, Emanuel de Witte, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:The_courtyard_of_the_Beurs_in_Amsterdam,_by_Emanuel_de_Witte.jpg

Tableta mesopotámicade c. 1780 a.C. con un contrato por un préstamo de cebada tallado en cuneiforme. Por el Museo Metropolitano de Arte, dominio público. https://www.metmuseum.org/art/collection/search/321821

Una página del Liber Abaci. Dominio público. https://en.wikipedia.org/wiki/Liber_Abaci#/media/File:Liber_abbaci_magliab_f124r.jpg

Sellado de la Carta del Banco de Inglaterra (1694), de Lady Jane Lindsay, 1905. Dominio público. https://en.wikipedia.org/wiki/Bank_of_England#/media/File:Bank_of_England_Charter_sealing_1694.jpg

Una pintura del artista flamenco Andries van Eertvelt que representa a los barcos que regresan de una de las primeras expediciones comerciales neerlandesas a las Indias Orientales en 1599, con la ciudad de Amsterdam visible a la derecha. Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:The_Return_to_Amsterdam_of_the_Second_Expedition_to_the_East_Indies_on_19_July_1599.jpg#/media/File:The_Return_to_Amsterdam_of_the_Second_Expedition_to_the_East_Indies_on_19_July_1599.jpg