Fuentes primarias: Historia de los mongoles

Fuentes recopiladas por Eman M. Elshaikh
Para los estudiantes e historiadores, los mongoles plantean un interesante acertijo: ¿cómo eran realmente? Examinemos una recopilación de fuentes que retratan imágenes diferentes de los mongoles.

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Painting of Genghis Khan seated on his throne with his wife under a tent with four Mongols and camels.

Introducción a esta recopilación

A lo largo de estas fuentes, escuchamos sobre los misteriosos mongoles, o los tártaros/tátaros, como solían llamarlos. Tanto las fuentes musulmanas como las cristianas hablan de los mongoles en términos de calamidad o castigo en las fuentes más antiguas, mientras que las fuentes posteriores suelen ser más comprensivas, ya sea porque se escribieron desde el corazón del imperio o por otras razones políticas. Algunos están llenos de hipérboles (exageraciones), mientras que otros plantean un enfoque más mesurado de la historia temprana de los mongoles. Además, fuentes posteriores hablan de la recuperación de áreas urbanas después de que los mongoles establecieran una presencia más permanente, describiendo redes de comercio sólidas y comunidades muy unidas. Debido a que esta recopilación se enfoca en el establecimiento del imperio, la mayoría de las fuentes son del siglo XIII, con algunas de períodos posteriores. Esto permite a los lectores rastrear las continuidades y cambios no solo de la historia del Imperio Mongol, sino de las actitudes cambiantes sobre los mongoles en toda Eurasia.

Fuentes de esta recopilación

Fuente 1 – La historia completa de Ibn al-Athir

Fuente 2 – La historia del conquistador del mundo de Juvaini

Fuente 3 – Los viajes de Marco Polo

Fuente 4 – La historia secreta de los mongoles

Fuente 5 – Historia Tartarorum

Fuente 6 – La flor de las historias de Oriente de Haitón

Fuente 7 – Un relato de la Capital de Tímur de un embajador español

Fuente 1 – La historia completa de Ibn al-Athir

Título
Extracto de la historia completa de Ibn al-Athir, “Sobre los tártaros”
Fecha y ubicación
1220-1221, Mosul
Tipo de fuente
Fuente primaria: trabajo histórico
Autor
Ali ibn al-Athir (1160-1233)
Descripción
Ali Ibn al-Athir fue un historiador árabe-kurda del sureste de Anatolia (cerca de lo que hoy es la frontera de Turquía, Siria e Irak). Este extracto, de su obra la Historia Completa, describe la apropiación mongola de las tierras musulmanas, mostrando a los mongoles como seres crueles y eficientes. Sugiere que el terror era una táctica esencial y explica que la cultura pastoril mongola les permitía expandirse rápidamente sin la necesidad de mantener líneas de sustento firmes.
Vocabulario clave
dependencias (sustantivo): algo dependiente o bajo la autoridad de otro, ej.: una colonia o territorio
doloroso (adjetivo): causar padecimiento emocional o físico; doloroso

comisariato (sustantivo): la organización o sistema militar para entregar provisiones y equipo a las fuerzas armadas
atribuir (verbo); considerar algo como fáctico o reconocer la acción de cierta cosa o poseer una determinada cualidad

Extracto

Durante algunos años seguí negándome a mencionar este evento, considerándolo tan horrible que me rehusé a registrarlo. . . A quién de hecho, puede resultarle sencillo escribir el anuncio del golpe mortal del islam y los musulmanes, o quién es él capaz de aligerar el peso de tal recuerdo? ¡O, si mi madre no me hubiese dado a luz o que yo hubiese perecido y pasar al olvido [antes] de lo acontecido! Aún así . . .algunos de mis amigos me instaron a dejarlo por escrito, y tras dudarlo por mucho tiempo, llegué a la conclusión de que omitir este asunto pudiese no responder a ningún propósito. . . Este asunto contempla la descripción de la catástrofe más grande . . . que ocurrió a todos los hombres en general y particularmente a los musulmanes. . .
Ya que incluso un anticristo perdonaría el acto de seguirle, a pesar de que él destruyere a quienes se le oponen, sin embargo, estos tártaros no perdonan a nadie, segan la vida de mujeres, hombres y niños, desgarran el vientre de mujeres embarazadas y asesinan bebés nonatos. Ciertamente a Dios pertenecemos, y a su seno regresamos, y no existe fortaleza ni poder a salvo de Dios, el Altísimo, el Todopoderoso, en aras de esta catástrofe. . .Por que estos fueron un pueblo que surgió de los confines de China, y atacaron las ciudades de Turquestán, como Kashghar y Balasaghun y luego avanzaron a las cidades de Transoxiana, como Samarcanda, Bujará y sus similares, apoderándose de ellas. . .y destruyendo, y asesinando, y saqueando, y desde allí pasando a Rayí, Hamadán y al Altiplano, y a las ciudades que allí se encontraban, incluso a los límites de Irak, de dónde marcharon por los pueblos de Adharbayjan y Arraniyya, destruyendo y acabando con la vida de la mayoría de sus habitantes, de quien nadie pudo escapar salvo un pequeño resto; y todo esto en menos de un año. . . [luego] se trasladaron a Darband-i-Shirwan, tomando posesión de sus ciudades, ninguno de los cuales escapó a salvo a la fortaleza en donde estaba su rey; por tanto se trasladaron a los países de Lan y Lakiz y de las innumerables nacionalidades que pululaban en aquella región, y saquearon, asesinaron y los destruyeron por completo. Y desde allí se abrieron paso a las tierras de Qipchaq, quienes eran los más numerosos entre los turcos, y los asesinaron a todo aquel que se les resistiera, mientras los sobrevivientes huían a los vados y cimas de la montaña, haciendo abandono de su país, que había sido asolado por estos tártaros. Todo esto hicieron en un lapso de tiempo breve, permaneciendo solo por el tiempo que su marcha requería y no más.
Otra división, distinta de la mencionada anteriormente, marchó sobre Ghazna y sus dependencias, y las partes de la India, Sistán y Kirman que limitan con ella, y forjó allí hazañas semejantes a los otrora, es más, aún más graves. Ahora bien, esto es algo que ningún oído ha escuchado jamás; porque Alejandro, de quien los historiadores están de acuerdo en que conquistó el mundo, no lo hizo con tanta rapidez, sino sólo en un lapso cercano a los diez años; ni mató, sino que se conformó con que los hombres se sometieran a su mando. Pero estos tártaros conquistaron mayor parte habitable del planeta, y la parte más próspera y popular de este, y aquellos donde se encontraban los habitantes más avanzados en términos de carácter y conducta, en cuestión de un año; ni tampoco ningún país escapó a sus devastaciones las cuales preocupadamente no esperaban y temían por su llegada.
Además, no requerían de comisariado, ni el transporte de provisiones, porque tienen consigo ovejas, vacas, caballos y cuadrúpedos similares, cuya carne comen, nada más. En cuanto a las bestias que cabalgan, estos clavaban sus pezuñas en la tierra y comían raíces de plantas, sin conocimiento de la cebada. Y por tanto, cuando se posaban en algún lugar, no necesitaban de nada del exterior. En cuanto a su religión, adoran al sol cuando sale, y no consideran nada ilegal, porque comen todas las bestias, incluso perros, cerdos y similares; ni reconocen el vínculo matrimonial, porque varios hombres están en relaciones matrimoniales con una mujer, y si un niño nace, desconoce quién es su padre. . .
Ahora es el momento para describir cómo irrumpieron por primera vez en las tierras. Me han contado historias, que el oyente apenas puede atribuir, en cuanto al terror de los tártaros, que Dios Todopoderoso puso en los corazones de los hombres; de modo que se dice que uno solo de ellos entraba en una aldea o barrio donde había mucha gente, y los seguía matando uno tras otro, sin que ninguno se atreviera a extender su mano contra este jinete. Y escuché que uno de ellos tomó como prisionero a un hombre, pero no contaba con ningún tipo de arma para matarlo; y le dijo a su prisionero: “Pon tu cabeza en el suelo y no te muevas”, y así lo hizo, y el tártaro fue a buscar su espada y lo asesinó con ella. Otro hombre me dijo lo siguiente: “Estaba yendo, me dijo, “con otros diecisiete por un camino y allí nos encontramos con un jinete tártaro y nos hizo atarnos de brazos entre nosotros. Mis compañeros comenzaron a hacerlo mientras los ataba, pero luego les dije: “Es tan solo un hombre; entonces, ¿no deberíamos matarle y escapar?” Me respondieron: “Tenemos miedo”. Yo dije: “Este hombre trata de matarlos de inmediato; vamos a asesinarle en su lugar, puede que esa sea la oportunidad que Dios nos presente”. Pero juro por Dios que ninguno se atrevió a hacerlo, así que tomé un cuchillo y le di muerte, y luego huimos y escapamos”. Y dichos acontecimientos eran bastantes.

Citas

Traducción de Edward G. Browne, A Literary History of Persia, (Cambridge: Cambridge University Press, 1902), Vol. II, pp. 427-431, disponible y actualizado por Internet History Sourcebooks Project

Ibn al-Athir, Ali. “Medieval Sourcebook: Ibn al-Athir: On The Tatars, 1220-1221CE.” Internet History Sourcebooks Project. Consultado el 24 de julio de 2019. https://sourcebooks.fordham.edu/source/1220al-Athir-mongols.asp.

Fuente 2 – La historia del conquistador del mundo de Juvaini

Título
Extracto de La historia del conquistador del mundo de Juvaini
Fecha y ubicación
c.1260, Persia o Asia Central
Tipo de fuente
Fuente primaria: trabajo histórico
Autor
Ala-ad-Din Ata- Malik Juvaini (1226-1283)
Descripción
Ala-ad-Din Ata- Malik Juvaini (1226-1283) fue un funcionario e historiador persa que trabajó para el Imperio Mongol. Escribió una historia del Imperio Mongol llamada Tarïkh-i Jahan-gusha (Historia del Conquistador del Mundo). Debido a sus lazos políticos, tenía acceso a información que otros no tenían. En este extracto, describe cómo Gengis Khan unió a las tribus mongolas y conquistó muchos países. Describe en detalle el asedio de Bokhara y Samarcanda en Asia Central, que se convertirían en centros urbanos clave en el Imperio Mongol. Este relato describe a los mongoles dispuestos a perdonar a los que no resistieron y explica cómo extrajeron tributo de los que conquistaron. También describe a los mongoles como feroces e implacables frente a la resistencia y describe cómo las personas en las regiones conquistadas se convirtieron en esclavos o soldados reclutados por la fuerza.
Vocabulario clave
precedencia (sustantivo): prioridad en rango, orden o importancia
habitable (adjetivo): lugar donde se puede habitar
ascendente (adjetivo): moverse hacia arriba; creciente; ascendiente
indulgencia (sustantivo): aquello que es conferido como un favor o privilegio; clemencia y tolerancia

caudillos (sustantivo): líder de un clan o tribu
calentura (sustantivo): una fiebre acompañada de periodos recurrentes de escalofríos y sudoración
ciudadela (sustantivo): una fortaleza construida en un lugar alto o cerca de una ciudad

Extracto

EL ASCENSO AL PODER DE GENGIS KHAN Y EL COMIENZON DE LA SUCESIÓN DE LOS IMPERIOS Y DE LOS REINOS DE LOS REYES DEL MUNDO A SU MANDATO: UN BREVE RELATO
Existen varias tribus y clanes de mongoles; pero aquella que actualmente goza de mayor renombre por su nobleza y grandeza y posee precedencia sobre las demás es la tribu de los Qiyat, de la cual provienen los ancestros y antepasados de Gengis Khan que eran caudillos y de quienes vincularon su ascendencia. Gengis Khan llevó el nombre de Temujin hasta el momento en que. . . se convirtió en el dueño de todos los reinos del mundo habitable. . . Y por aquellos días las tribus mongolas no estaban unidas y no obedecían a nadie. . .
Cuando la causa de Gengis Khan prosperó y las estrellas de su fortuna se encontraban en ascenso, también envió emisarios a las otras tribus; y todo eso concluyó en la presentación de ofertas, tal como los Oirat y Qonqurat, admitieron ante las cifras de sus comandantes y seguidores y fueron considerados con indulgencia y en favor; mientras que a los refractarios y rebeldes, les quitó el aliento del cuerpo con el látigo de la calamidad y la espada de la aniquilación; hasta que todas las tribus se unieron bajo un solo color y obedecieron su mandato. Luego estableció nuevas leyes y sentó las bases de la justicia; y cualquiera de sus costumbres de carácter aborrecible, como el robo y el adulterio, fueron abolidas...
Cuando estas regiones fueron purgadas de rebeldes y todas las tribus se convirtieron en su ejército, envió embajadores a Khitai [China], y luego se dirigió al lugar en persona, y mató a Altun-Khan, el emperador de Khitai, para luego subyugar al país. Y poco a poco conquistó otros reinos también…
Gengis Khan también se presentó presencialmente en estos países. . . [Cuando] tomó Bokhara y Samarcanda, se sostuvo a si mismo mediante matanzas y saqueos solo una vez, y no fue necesario recurrir a los extremos de una masacre en general. En cuanto a los territorios colindantes que estaban sujetos a estos pueblos o limitaban con ellos, ya que en su mayor parte presentaron propuestas, la mano del abuso se ocultó de ellos en cierto modo. Y tiempo después, los mongoles apaciguaron a los sobrevivientes y continuaron con el trabajo de reconstrucción, para que en el presente. . . la prosperidad y bienestar de estos distritos tienen en ciertos casos retuvieron su nivel original y en otros se aproximaron bastante. Ocurre lo contrario con Khorasan e Irak, países que se ven afligidos por una fiebre frenética y una congestión crónica: cada ciudad y cada aldea ha sido objeto varias veces de saqueo y masacre y ha padecido ante esta confusión durante años, de modo que incluso habiendo generación y aumento hasta la Resurrección la población no llegará a la décima parte de lo que era antes. . .
Y desde [allí] Gengis Khan se dirigió a Bokhara, y al comienzo de Muharram, 617 [marzo de 1220], acampó ante las puertas de la ciudadela. Y luego levantaron el pabellón del rey en la llanura frente a la fortaleza. Y sus tropas contaban con más cifras que las hormigas y las langostas juntas, dando cuenta de una multitud que estaba por sobre todo cálculo y estimación. Llegaron destacamentos tras destacamentos, cada uno como un mar embravecido, y acamparon alrededor de la ciudad. Al amanecer veinte mil hombres del ejército auxiliar del Sultán surgieron de la ciudadela junto a la mayoría de los habitantes. . . Cuando estas fuerzas llegaron a las riberas del Oxus, las patrullas y tropas de avanzada del ejército mongol cayó sobre ellos y no dejó rastro alguno de sus vidas. Cuando resulta imposible escapar de la destrucción en cualquier manera, la paciencia es el camino mejor y más sabio sendero. . .
Entonces les preguntó quiénes eran sus figuras de autoridad; y cada hombre apuntó a su propio pueblo. A cada uno de ellos asignó un mongol o turco para que los soldados no los molestaran, y, aunque no los sometieron a deshonra ni humillación, comenzaron a exigir dinero de estos hombres; y cuando lo entregaron, no los atormentaron con castigos excesivos o exigiendo lo que estaba más allá de su poder adquisitivo. Y todos los días, al alza de la lumbrera más grande, los guardias traían un grupo de personas importantes a la sala de audiencias del Emperador del Mundo.
Gengis Khan había dado órdenes para que las tropas del Sultán abandonasen el interior de la aldea y de la ciudadela. Como era imposible lograr este cometido empleando a la gente de la aldea y como estas tropas, temiendo por sus vidas, estaban peleando, dando batalla y ejecutando ataques nocturnos tanto como era posible, ahora dio órdenes para incendiar todos los barrios de la ciudad; y como las casas estaban construidas enteramente de madera, en varios días se había consumido la mayor parte del pueblo, a excepción de la mezquita del viernes y algunos de los palacios, que estaban construidos con ladrillos cocidos. Luego la gente de Bokhara fue expulsada de la ciudadela. Y en cada bando se incrementaba el ardor de la batalla. En el exterior, se levantaban [catapultas], se preparaban arcos y se lanzaban piedras y flechas; y en el interior, se ponían en movimiento ballestas y ollas de nafta. Era como un horno al rojo vivo alimentado desde afuera por palos duros clavados en las cavidades, mientras que desde el vientre del horno saltaban chispas al aire. Lucharon de esta manera durante días. . .
De los Qanqli no se perdonó a ningún hombre a quienes se mantuvo más alto que la culata de un látigo y a más de treinta mil fueron contados entre los caídos; mientras que sus hijos pequeños, lo hijos de sus nobles y sus mujeres, escasos como el ciprés, fueron derivados a la esclavitud.
Cuando la ciudad y la ciudadela fueron purgadas de rebeldes y las murallas y las obras exteriores arrasadas con el polvo, todos los habitantes de la ciudad, hombres y mujeres, feos y hermosos, fueron expulsados. . . Gengis Khan les perdonó la vida; pero los jóvenes y hombres adultos que podían cumplir dicho servicio fueron presionados a dicha contribución para el ataque en Samarcanda y Dabusiya.

Citas

McCullough, David Willis, ed. Crónicas de los bárbaros: Anécdotas de primera mano del saqueo y conquista del antiguo mundo a la caída de Constantinopla. 1st ed. New York: Times Books, 1998.

Fuente 3 – Los viajes de Marco Polo

Título
Extractos de los Viajes de Marco Polo
Fecha y ubicación
1271-1291, Venecia
Tipo de fuente
Fuente primaria - narrativa de viaje
Autor
Marco Polo (1254-1324) y Rustichello da Pisa (fines del siglo XIII)
Descripción
Una descripción de la gran ciudad de Kinsay (Hangchow) que es capital de todo el país de Manzi (sur de China). En este extracto, Marco Polo describe las formas en que los mongoles mantenían la lealtad, la ley y el comercio organizando la actividad económica, velando por el cumplimiento de las leyes e incluso realizando censos.
Vocabulario clave
obligar (sustantivo): hacer que (alguien) se sienta obligado a hacer algo o actuar de cierta manera
recaudado (verbo): recolectar dinero, propiedad o tropas, generalmente por parte de un gobierno
caballería (sustantivo): soldados que peleaban a caballo
guarnición (sustantivo): una fuerza militar que se encuentra en un fuerte, aldea o lugar similar

guardia (sustantivo): el grupo de personas de servicio durante una guardia, que es un período en el que las personas se estacionan para vigilar si hay peligro, incumplimiento de las reglas o los problemas, generalmente durante la noche
magistrados (sustantivo): un funcionario público que ejerce o cumple una función judicial o ejecutiva

Extracto

Desde que el Gran Khan ocupó la ciudad ordenó que cada uno de los 12.000 puentes se aprovisionara con una guardia o diez hombres, en caso de que cualquier disturbio o de que alguien tuviera la audacia de planear una traición o rebelarse contra él.
Parte de la guardia patrulla el barrio, para comprobar si alguna luz o fuego se enciende después de las horas legítimas; si encuentran alguno, se marca la puerta, y por la mañana el dueño es citado ante los magistrados, y si no puede alegar una buena excusa, recibe un castigo. Además, si encuentran a alguien rondando las calles a horas indebidas, lo arrestan y por la mañana lo llevan ante los magistrados. Asimismo, si durante el día encuentran algún pobre lisiado incapaz de trabajar para ganarse la vida, lo llevan a uno de los hospitales, que hay muchos, fundados por los antiguos reyes y dotados de grandes ingresos. O si puede trabajar lo obligan a encargarse de cierta actividad comercial. Si ven que alguna casa se incendia de inmediato golpean un instrumento de madera para dar la alarma y esto reúne a los hombres de la guardia de otros puentes para ayudar a extinguirlo, y a guardar las mercancías de los mercaderes o de los demás, ya sea quitándolas de las torres o colocándolas en botes y llevándolas a las islas en el lago. Porque ningún ciudadano se atreve a salir de su casa por la noche, o acercarse al fuego; sólo los que son dueños de la propiedad, y aquellos vigilantes que acuden en ayuda de los cuales vendrán por lo menos uno o dos mil.
El Khan observa esta ciudad con especial diligencia debido a que forma la cabeza de esta parte de China y debido a que obtiene una inmensa ganancia de los impuestos recaudados del comercio en este lugar, un monto que es tan algo que nadie lo creería.
Todas las calles de la ciudad están pavimentadas con piedra y ladrillo, así como todas las carreteras en esta área para moverse y viajar en cada dirección sin ningún inconveniente. Si no fuera por este pavimento, no podrías hacerlo, porque el terreno es muy bajo y llano, y después de la lluvia se hunde profundamente en el barro y el agua.
La ciudad de Kinsay tiene unos 3.000 baños, aprovisionados con agua desde los manantiales. Estos son termas, y las personas disfrutan del placer en ellas, frecuentándolas varias veces al mes, ya que son personas bastante aseadas. Son las termas más finas y grandes del mundo; tan grande como para que 100 personas se bañen juntas.
La ciudad de Kinsay es la base de uno de los reyes que gobierna sobre 100 grandes y ricas ciudades. Porque en toda esta parte del país hay más de 1200 grandes ciudades, sin contar los pueblos y villas, que también conforman un gran número. En cada una de estas 1.200 ciudades el Gran Khan tiene un cuartel, y el más pequeño de dichos cuarteles concentra 1.000 hombres; mientras que los hay de 10.000, 20.000 y 30.000; para que la cantidad total de tropas apenas pueda calcularse. No debes suponer que todos pertenecen a la caballería; una proporción muy grande son soldados que van a pie, según las necesidades especiales de cada ciudad. Y todos pertenecen a un ejército del Gran Khan. . .
También es costumbre de cada burgués de esta ciudad, y de hecho de cada persona que la habita, escribir sobre su puerta su propio nombre, el nombre de su esposa y los de sus hijos, sus esclavos y todos en su casa, y también la cantidad de animales que posee. Si alguien muere en la casa, entonces se borra el nombre de esa persona y si nace algún niño se añade su nombre, para que de esta manera el gobernante sea capaz de conocer exactamente la población de la ciudad. Y esta es una práctica que también se replica en todo el país.

Citas

Polo, Marco. “Marco Polo en China (1271-1295).” Asia for Educators. Consultado el 27 de julio de 2019. http://afe.easia.columbia.edu/mongols/pop/menu/class_marco.htm#cambaluc.

Fuente 4 – La historia secreta de los mongoles

Título
La historia secreta de los mongoles: La vida y momentos de Gengis Khan
Fecha y ubicación
c.1250, Asia Central
Tipo de fuente
Fuente primaria: trabajo histórico
Autor
Anónimo
Descripción
Esta es una de las únicas historias que los mongoles escribieron en mongol. También es una de las más famosas. Es una epopeya escrita de los mongoles, que probablemente fue compilada durante el siglo XIII. Describe los orígenes de los mongoles, con un enfoque particular en Gengis Khan. Este extracto describe las maniobras políticas de Gengis Khan para unir a los mongoles, así como la estructura política comunal que sustentaba el imperio; aunque estaba muy centralizado en torno al Khan, los líderes tribales mongoles tenían un gran poder político. Las alianzas, contratos y propiedad compartida se encontraban en el centro de esta comunidad política.
Vocabulario clave
confiscar (verbo): tomar por el poder de la autoridad
saquear (verbo): robar por la fuerza
conceder (verbo): reunirse para discutir; celebrar una conferencia
botín (sustantivo): riquezas o bienes robados o tomados de personas en guerra; botín

yurta (sustantivo): una tienda redonda móvil de pieles o fieltro, usada especialmente por nómadas en partes de Asia
eje (sustantivo): un pasador de bloqueo insertado a través del extremo de un eje para sujetar una rueda u otra parte móvil

Extracto

Después de pasar ese invierno [en Quba-qaya], en el otoño del Año del Perro, Gengis Khan se preparó para la batalla con los tártaros en Dalan-nemurges: los tártaros de Chaqa'an, los tártaros de Alchi, los Duta'ut [tártaros] y los tártaros de Aluqai. Antes de unirse a la batalla Gengis Khan discutió las órdenes de la batalla [ante sus soldados]: “Si obtenemos el triunfo sobre el enemigo, no nos detengamos por el botín. Cuando hayamos completado nuestra victoria, ¿no será nuestro el botín? . . .
[Entonces] lo dividiremos entre nosotros. Si el enemigo nos obliga a retirarnos, volvamos al lugar desde donde comenzamos nuestro ataque. Aquellos que no lo hagan serán ejecutados. De esta manera, dictaba sus órdenes. Pelearon en Dalan-nemurges y vencieron a los tártaros de regreso. Después de obtener esta victoria y obligar [a los tártaros] a unirse a su gente en el [río] Ulqui-shilüeljit, procedió a saquearlos [allí]. Las personas importantes: los tártaros de Chaqa’an, los tártaros de Alchi, los tártaros de Duta'ut y los tártaros de Aluqai fueron aniquilados. [Aunque Gengis Khan] había dejado claras sus órdenes, tres [hombres], Altan, Quchar y Daritai, no las habían cumplido [sino que] se habían detenido [en su lugar] por el botín. Señalando que no habían cumplido su palabra, [Gengis Khan] envió tanto a Jebe como a Qubilai a confiscar el botín —las manadas de caballos, los bienes, todo— de quienes lo habían tomado.
Después de acabar con los tártaros y saquearlos por completo, Gengis Khan [organizó] un gran consejo de su clan para decidir qué hacer con el pueblo [tártaro]. Ingresaron a una sola yurta y se reunieron en conferencia. “Desde los primeros días, los tártaros han acabado con nuestros antepasados y padres. [Debemos] obtener venganza en nombre de nuestros padres, debemos buscar venganza por nuestros antepasados. Hay que asesinarlos. Los mediremos contra un eje y mataremos [a aquellos que sean más altos que el eje] hasta que todos hayan muerto. Quienes sobrevivan serán esclavos. Los repartiremos entre nosotros, unos aquí, otros allá”. . .
Con gran dificultad vencieron a los tártaros, los compararon con un eje y los mataron. . . Gengis Khan tomó [por esposa] a Yisugen- qatun, la hija del tártaro Yeke-cheren. . .
El padre de [Temujin], Yisugei Qan, hacía bastante tiempo juró hermandad con los Ong Qan, por lo que se dijo que [los Ong Qan] eran como un padre [para Gengis Khan]. [Por estas] razones, se declararon a sí mismos como padre e hijo. [También] hablaron de otras cosas: “Cuando marchemos contra muchos enemigos, cabalguemos juntos al son de una sola [meta]. Cuando damos caza a bestias salvajes, cacemos juntos con un [objetivo]”. . . Entendámonos desde los dientes y la boca, confiemos en el otro. . . se juramentaban estas palabras, y [por lo tanto] vivían juntos en compañerismo.

Citas

Onon, Urgunge. La historia secreta de los mongoles: La vida y momentos de Gengis Khan. Nueva ed. / traducido, editado y con una introducción de Urgunge Onon. Richmond, Surrey: Curzon, 2001.

Fuente 5 – Historia Tartarorum

Título
Historia Tartarorum, o la relación tártara
Fecha y ubicación
1247, desconocido
Tipo de fuente
Fuente primaria - narrativa de viaje
Autor
C. de Bridia (cuestionado)
Descripción
La autoría de este documento ha sido objetada ya que se conoce poco acerca del fraile C. de Bridia. Algunos piensan que se trata de una variante de Ystoria Mongalorum, de Giovanni da Pian del Carpine/Juan de Plano Carpini. Independiente de la razón, es uno de los relatos europeos más antiguos de los mongoles.
Vocabulario clave
estatura (sustantivo): altura de un cuerpo en posición vertical, esp. un cuerpo humano
extenuante (adjetivo): que requiere o se caracteriza por un gran esfuerzo o ejercicio
transgresores (sustantivo): alguien que infringe una ley, un mandamiento religioso o similar; alguien que comete un crimen o pecado

hordas (sustantivo): una gran cantidad, grupo o multitud
plebeyos (sustantivo): alguien que no es miembro de la clase alta; persona común
enseres (sustantivo): cualquier artículo de propiedad no adjunto a terrenos o edificios; bienes muebles, incluidas personas y animales esclavizados
jabalinas (sustantivo): una lanza ligera lanzada como arma

Extracto

Los tártaros por lo general poseen una estatura baja y son algo delgados, debido a su dieta de leche de yegua, la cual hace que un hombre sea delgado y tenga una vida extenuante. Son anchos de cara con pómulos prominentes, y tienen una tonsura1 en la cabeza similar a la de nuestros clérigos de la cual se afeitan una tira de tres dedos de ancho de oreja a oreja. En la parte delantera de la cabeza, sin embargo, llevan el pelo en una franja en forma de media luna que les llega hasta las cejas, pero recogen el resto del cabello, lo arreglan y lo trenzan como los sarracenos.
En cuanto a su vestimenta, se debe saber que hombres y mujeres usan el mismo tipo de atuendos y por ende, no es sencillo diferenciarlos; y como estos aspectos me parecen más curiosos que de utilidad, no tengo problemas para escribir más acerca de su vestimenta y ornamentación.
Sus casas se llaman estaciones y tienen una forma redonda, hechas de mimbre y estacas. En la parte superior tienen un ventanal redondo para permitir la salida del humo y dejar entrar la luz del día. El tejado y la puerta están hechos de fieltro. Difieren en tamaño y pueden moverse tanto como su tamaño lo permita para fines de transporte. Las “estaciones” del Khan y de los príncipes se llaman hordas. No poseen aldeas, pero se organizan en estaciones en varios lugares. Tienen una ciudad llamada Karakorum. . .;
Mantienen ciertas leyes tradicionales creadas por Gengis Khan. . . si algún hombre intenta por orgullo convertirse en Khan a causa de su influencia personal, debe ser asesinado instantáneamente. De igual manera, antes de la elección de Kuyuk Khan, ¡se asesinó a un sobrino de Gengis Khan debido a sus aspiraciones para convertirse en emperador! También ordenó que los tártaros conquistaran todos los países del mundo y no hicieran la paz con ninguno a menos que se rindieran incondicionalmente y sin un tratado, e incluso entonces ordenó que todos los de rango más noble fueran asesinados y solo los plebeyos fueran perdonados. . .
Además dio órdenes para que el ejército fuera comandado por jefes de diez, cien, mil y diez mil, es decir, un hombre para comandar a diez mil, que los rusos llaman tumbas. . .
No obligan a nadie a dejar atrás sus creencias religiosas siempre que obedezcan las órdenes en todo sentido, de lo contrario lo obligan a la fuerza o lo asesinan. . .
Tienen tantas esposas como pueden permitirse y generalmente las compran, de modo que, excepto las mujeres de noble cuna, no son más que meros enseres. Se casan con cualquiera que les plazca, excepto con su madre, hija y hermana de la misma madre. Cuando sus padres mueren, se casan con su madrastra y un hermano menor o primo se casa con la viuda de su hermano. Las esposas se ocupan de todo el trabajo y fabrican zapatos, atuendos de cuero y así sucesivamente, mientras que los hombres no hacen nada más que flechas y practican tiro con arcos. Obligan a los niños de tres o cuatro años al mismo ejercicio, e incluso algunas de las mujeres, especialmente las doncellas, practican el tiro con arco y cabalgan por regla general como los hombres. . .
Prestan más obediencia a sus señores que otras naciones, más incluso que los sacerdotes a los obispos, tanto más que no se muestra misericordia a los transgresores, y por eso el emperador los tiene en su poder en todos los sentidos; porque independiente de que sean enviados a la muerte o para vivir, deben hacer su tarea con toda rapidez. . .
Todas las haciendas están sujetas al Khan en sus asentamientos y movimientos, ya que él fija las estaciones de los jefes, quienes a su vez asignan sus puestos a los líderes de mil, estos a los líderes de cien y estos a los líderes de diez. . .
Siempre que los tártaros planean atacar a algún país, el ejercito con la orden de conquistarlos marcha con rapidez, pero con gran cuidado respecto a los vagones y a caballo, llevando consigo familias enteras, incluidas esposas, hijos varones y sirvientas/criadas, con sus tiendas y todos sus enseres, rebaños y ovejas y un amplio surtido de armas, arcos, carcaj y flechas. Cuando los tártaros comienzan a acercarse, envían sus escaramuzadores más veloces para infundir terror inesperado y matar, y para evitar que un ejército se movilice con rapidez en su contra. Sin embargo, si no encuentran ningún obstáculo, continúan avanzando, y la multitud los sigue con todas sus familias sin ocultarse. . .
Si encuentran a sus enemigos desprevenidos, los rodean repentinamente en un anillo que deja una sola vía de escape, y los atacan ferozmente con una lluvia de jabalinas, de modo que cualquiera que no resista en el medio perece en la huida. Considero por lo tanto que es mucho mejor morir de forma valiente luchando que intentar refugiarse durante una huida cobarde.

Citation

McCullough, David Willis, ed. Crónicas de los bárbaros: Anécdotas de primera mano del saqueo y conquista del antiguo mundo a la caída de Constantinopla. 1st ed. New York: Times Books, 1998.


1 cortar o afeitar parte o todo el cabello del cuero cabelludo, como símbolo de devoción religiosa o humildad

Fuente 6 – La flor de las historias de Oriente de Haitón

Título
La flor de las historias de Oriente de Haitón
Fecha y ubicación
c. 1307, Armenia
Tipo de fuente
Fuente primaria: trabajo histórico
Autor
Haitón de Córico/Hetoum el Historiador (c.1240-c.1320)
Descripción
Haitón fue un monje armenio e historiador y pariente del rey Haitón I de Armenia. Presionó para concretar una alianza con los mongoles para volver a capturar la Tierra Sagrada. Viajó extensamente por todo el Imperio Mongol, recopilando una historia y geografía de Asia. Este extracto se centra en Gengis Khan y el surgimiento del Imperio Mongol. Describe el surgimiento del Imperio Mongol como arraigado en una creencia compartida y un “consentimiento de todos los tártaros” común y describe la organización militar.
Key vocabulary
subyugación (sustantivo): obtener dominio, mediante conquista militar; dominar; vencer; obligar a someterse o servilismo; esclavizar
relatado (verbo): contar una historia de sucesos; relatar, narrar
reverencia (sustantivo): un sentimiento de gran respeto o amor

consentimiento (sustantivo): permiso o aprobación de un plan o acción(noun)
Khan (sustantivo): el gobernante de los tártaros y mongoles en la época medieval
Toman (sustantivo): para los mongoles, una división militar de 10.000 hombres

Extracto

Diversas naciones de los tártaros, que se llamaban mongoles, se reunieron y se proclamaron jefes y gobernadores entre ellos. Aumentaron tanto sus cifras que se dividieron en siete naciones, y hasta el día de hoy estas naciones se consideran más nobles que las demás. La primera de estas naciones se llama Tartar, la segunda Tangot, la tercera Eurach, la cuarta Jalair, la quinta Sonit, la sexta Mengli, la séptima Tebet.
Y así ocurrió, que cuando estas siete naciones aún estaban bajo el yugo de sus vecinos, como se ha dicho, hubo un pobre anciano, un artesano [un herrero] llamado Gengis, que vio en un sueño una visión; vio a un caballero con armadura sobre un caballo blanco que lo llamó por su nombre y le dijo: “Gengis, la voluntad del Dios Inmortal es que tú seas gobernador y señor sobre las siete naciones de los tártaros que han sido llamados mongoles y que por tu gracia ellos sean liberados de la servidumbre de la cual han sido parte por tanto tiempo y te levantarás como el señor por sobre tus vecinos”. Gengis despertó con mucha alegría, habiendo escuchado la palabra de Dios y relatado a todos la visión que tuvo. . .
[Entonces] los siete mencionados jefes [de las siete naciones] reunieron al pueblo de los tártaros y los instaron a presentar [lealtad] y reverencia a Gengis, y ellos mismos hicieron lo propio que con su señor natural. . . y los jefes de las siete naciones lo levantaron sobre el fieltro, lo pusieron en el trono y lo llamaron Khan. . .
Después de que Gengis Khan se coronara como emperador por la voluntad común y consentimiento de todos los tártaros, antes de que hiciera algo más, debía saber si todos lo obedecerían. Por lo tanto, [declaró] . . . que todos debían creer y adorar al Dios Inmortal, por cuyo deseo fue proclamado Emperador, y sin demora todos los tártaros comenzaron a creer y profesar el nombre de Dios en todas sus obras. . . [y] que debían contar y [dividir en unidades de diez] a todos los que podían portar armas; y que sobre cada unidad de 10 debía haber un comandante; y sobre 10 unidades de 10 un comandante; y sobre 1.000 había un comandante, y sobre 10 unidades de 1.000 un comandante, y llamaron a la compañía de 10.000 un Toman.
Después de eso, los caudillos de los siete linajes de los tártaros recibieron la orden de entregar todas sus armas y puestos y que debían pagar cualquier pago que les fuera dictaminado. . .

Citas

Levi, Scott Cameron y Ron Sela, eds. Asia Central islámica: Una antología de fuentes históricas. Bloomington: Indiana University Press, 2010.

Fuente 7 – Un relato de la Capital de Tímur de un embajador español

Título
Un relato de la Capital de Tímur de un embajador español
Fecha y ubicación
1403, España
Tipo de fuente
Fuente primaria - crónica de viaje
Autor
Ruy Gonzalez de Clavijo (d. 1412)
Descripción
Ruy Gonzalez de Clavijo fue un embajador español de la corte de Tímur en Samarcanda. El 22 de mayo de 1403, Clavijo y su personal se embarcaron en un viaje de tres años a Samarcanda y de regreso. En este extracto, de Clavijo describe la ciudad extensa, rica y cosmopólita de Samarcanda, prosperando bajo el mandato mongol. Muestra que el imperio mongol y sus líderes establecieron nuevas redes y apoyaron la actividad económica, convirtiendo a Asia Central timúrida en un centro principal de comercio durante el siglo XV.
Vocabulario clave
enseguida (adverbio): sin demora o vacilación; inmediatamente
embellecer (verbo): mejorar mediante o a través de decoraciones; decorar

albañiles (sustantivo): una persona cuyo trabajo es construir con piedra, ladrillo o cemento
legua (sustantivo): una unida de longitud igual a 3 millas o 4,8 kilómetros
conductos (sustantivo): un canal, dique o tubería utilizada para transportar agua u otro líquido

Extracto

Cada año en la ciudad de Samarcanda llegaba mercancía de todo tipo proveniente de Cathay, India, Tartary y de muchos otros sectores adyacentes, ya que en los países que rodeaban a Samarcanda el comercio prosperaba; aunque aún no existía un sitio apropiado en la ciudad donde esta mercancía pudiese almacenarse, exhibirse y ofrecerse para la venta. Tímur por ende, dio órdenes para construir una calle que atravesase Samarcanda, que tendría tiendas abiertas en cada lado de ella en donde se vendería todo tipo de mercancías, y dado que esta nueva calle debía ir desde un lado de la ciudad hasta el otro lado, atravesaría el centro de la ciudad. El cumplimiento de su orden lo encargó a dos de los grandes señores de su corte, dejándoles saber al mismo tiempo que si fallaban en la diligencia, porque el trabajo debía continuar tanto de día como de noche, sus cabezas pagarían el precio.
Estos nobles en tanto, comenzaron raudamente, causando que todas las casas se arrojasen por la línea que su alteza había indicado para el pasaje de la nueva calle. . .
Tan pronto como estas tiendas estuviesen listas, enseguida serían ocupadas por mercaderes que venderían bienes de todo tipo: y en intervalos hasta el final de la calle se levantarían fuentes de agua. El costo de todo este trabajo fue cobrado al consejo de la ciudad, y no hubo escasez de obreros, ya que muchos de los que ofrecían eran vigilados por supervisores. Los albañiles que trabajaban durante el día al caer la noche se iban a sus casas, siendo ocupados sus lugares por todos los que habían ido, que trabajaron durante toda la noche. . . Así, en el transcurso de veinte días, toda la obra de calle nueva había terminado: una maravilla para la vista. . . .
Debo describir la ciudad para ustedes, contarles sobre todo lo que hay allí para ver y sus alrededores, y todo lo que Tímur había logrado allí para embellecer su capital. . . Samarcanda yace en una planicie y está rodeada por un terraplén o muralla de tierra, con una zanja muy profunda. La ciudad en sí es más grande que Sevilla, aunque a las afueras de Samarcanda encontramos varias casas que forman amplios suburbios. Estos están repartidos por todas partes, porque en verdad el pueblo está rodeado de huertas y viñedos, extendiéndose en algunos casos hasta legua y media y hasta dos leguas más allá de Samarcanda, que está en su centro. Entre estos huertos pasan calles con plazas abiertas; todos estos están densamente poblados, y aquí se venden todo tipo de productos con pan y carne. A esto se debe que la población fuera de la ciudad sea más numerosa que la población dentro de las murallas. . .
A través de las calles de Samarcanda, así como a través de sus jardines en el exterior e interior, pasan varios conductos de agua, y en estos jardines encontramos los suelos donde yacen los lechos de melones y crece el algodón. . . Más allá de los suburbios de Samarcanda se extienden las grandes llanuras donde se sitúan varias aldeas, todas ellas bien pobladas, porque aquí se asientan los inmigrantes que Tímur ha mandado a traer aquí desde todas las tierras extranjeras que ha conquistado. El suelo de toda la provincia de Samarcanda es más fértil, facilitando la producción de los cultivos de trigo. Hay abundantes árboles frutales también con ricas viñas: el ganado es magnífico, bestias y aves todas de buena raza. Las ovejas son famosas por tener esas colas gruesas que pesan cada una entre veinte libras, ... de estas ovejas los rebaños son tan abundantes que incluso cuando Tímur está acampado aquí con sus ejércitos, [y hay escasez] se puede conseguir un par de ovejas en el mercado por el precio de un ducado [que son unos seis chelines] . Los precios de hecho son tan bajos que por un Meri, que vale una moneda [unos tres peniques] o medio real, puedes tener una fanega y media cebada. El pan horneado abunda en cantidades exorbitantes y el arroz puede encontrarse a bajo precio en cualquier cantidad.
La riqueza y abundancia de esta gran capital y su distrito es tal que realmente es una maravilla ante los ojos: y es por esta razón que lleva el nombre de Samarcanda: ya que este nombre debería escribirse más exactamente como Semiz-kent, dos palabras que significan “Pueblo rico”; Semiz [en turco] es grueso o rico y Kent significa ciudad o poblado: en estos tiempos ambas palabras se han tergiversado para formar el nombre de Samarcanda. Además, esta tierra de Samarcanda no es sólo rica en productos alimenticios, sino también en manufacturas, tales como fábricas de seda, tanto del tipo llamado Zaytumi como Kincobs, también crespones, tafetán y los tejidos que llamamos Tercenal en España, todos los cuales se producen aquí en grandes cantidades. Además fabrican forros de pieles especiales para prendas de seda, y fabrican telas en oro y azul con otros colores teñidos de diversos tintes, y además de toda esta clase de telas están las especias. A pesar de que el comercio siempre ha sido fomentado por Tímur con la visión de convertir su capital en la más noble de las ciudades: y durante todas sus conquistas dondequiera que iba se llevaba los mejores hombres de la población para poblar Samarcanda, reuniendo a maestros artesanos de todas las naciones. Así fue como se llevó de Damasco a todas las tejedoras de esa ciudad, a quienes trabajaban en los telares de seda. Además de los fabricantes de arcos que producen esas ballestas que son tan famosas; al igual que herreros; también los artesanos de vidrio y porcelana, a quienes se les conoce por ser los mejores en todo el mundo. Desde Turquía trajo a sus fabricantes de pistolas que crearon el arcabuz y a todos los hombres de otros rubros cualquiera fuese que encontrase, como herreros de plata y albañiles. Todos ellos llegaban en grandes cantidades, de hecho, se había logrado reunir a tantos artesanos de todo tipo, de cada denominación y clase, que era posible encontrar bastantes maestros u obreros establecidos en la capital. Nuevamente, había reunido para establecer aquí en Samarcanda hombres dedicados a la artillería pesada, como ingenieros y bombarderos, además de quienes confeccionaban cables para lograr que estas máquinas funcionasen. Por último, se habían sembrado y cultivado el lino y el cáñamo para un propósito en las tierras de Samarcanda, en donde nunca antes este cultivo había visto la luz.
Tan grande era entonces la población ahora de todas las nacionalidades reunidas en Samarcanda que hombres junto a sus familias totalizaban cifras que según decían alcanzaban las 150.000 almas. De las naciones reunidas aquí se podían avistar turcos, árabes y moros de diversas sectas, con cristianos de origen griego y armenio, católicos, jacobitas y nestorianos, además de gente [hindú] que bautizaban con fuego en la frente, quienes eran de hecho cristianos, pero con creencias propias de su nación. La población de Samarcanda era tan amplia que el albergue para todos no podía encontrarse dentro de los límites de la ciudad, ni en las calles o espacios abiertos de los suburbios y aldeas del exterior, y por ende, debían buscar alojo temporal incluso en las cuevas y en tiendas bajo los árboles de los jardines, el cual resultaba en un asunto maravilloso de contemplar. Los mercados de Samarcanda están generosamente poblados de mercancía importada de países extranjeros distantes.

Citas

Levi, Scott Cameron y Ron Sela, eds. Asia Central islámica: Una antología de fuentes históricas. Bloomington: Indiana University Press, 2010.

Eman M. Elshaikh

Eman M. Elshaikh es una escritora, investigadora y maestra que ha enseñado en los grados K-12 y a estudiantes universitarios en los Estados Unidos y en el Medio Oriente y escrito para diferentes audiencias. Enseña escritura en la Universidad de Chicago, donde también completó su maestría en ciencias sociales y actualmente está cursando su doctorado. Anteriormente, fue becaria de historia mundial en Khan Academy, donde trabajó en estrecha colaboración con el College Board para desarrollar el plan de estudios de Historia mundial AP.

Image credits

Creative Commons Este trabajo tiene licencia CC BY 4.0 excepto lo siguiente:

Portada: Gengis Khan sentado en su trono con su esposa bajo una tienda con cuatro mongoles y camellos, miniatura de la Historia mongola en verso, Persia siglo XV. © DeAgostini/Getty Images.