Escala de la Revolución Industrial
Historias de origen
Los historiadores discuten bastante sobre la Revolución Industrial. Ese se debe a que es muy relevante. La industrialización cambió radicalmente el mundo: en ocasiones de manera rauda y en otras de forma gradual. Los métodos de producción y distribución son algunos de los ejemplos obvios, pero era más que eso. La sociedad, la forma en que el estado trabajaba, cómo la gente enseñaba sobre el tiempo y espacio, la familia, el día laboral, cómo los niños pasaban el tiempo, cuánto vivíamos, qué comíamos... todo eso cambió.
Uno de los más grandes debates sobre la Revolución Industrial es acerca de dónde comenzó. Esta no debería ser en realidad una discusión, ¿cierto? Deberíamos conocer la respuesta a esta pregunta. Desde luego, ¡debemos buscar la primera fábrica de motor a vapor! Esa parte es sencilla. Pero nos restan dos grandes preguntas acerca del lugar de nacimiento de la Revolución Industrial. La primera es la “escala” del “dónde” ocurrió primero realmente la industrialización. Si deseábamos estudiar el primer cambio industrial, ¿deberíamos buscar en una ciudad? ¿En un país? ¿En un continente? La segunda pregunta es dónde deberíamos buscar para hallar las razones de que la industrialización sucediera allí. ¿Estas razones serían locales o serían mundiales?
Examinemos estas dos interrogantes, la primera de manera resumida y la segunda con mayor detalle.
La escala de la primera industrialización
Si bien técnicamente se trata de un concepto abstracto, la industrialización, en muchos aspectos, es visible al ojo. Podemos verla. Podemos ver las primeras maquinarias alimentadas por vapor que hacían el trabajo que las personas y los animales venían realizando. Podemos ver el motor a vapor de James Watt y el dispositivo innovador que la alimentaba, la máquina de Richard Arkwright para hilado. Podemos ver las primeras fábricas a vapor, como las obras de hierro de Coalbrookdale y Wilkinson, y las obras textiles de Lancashire. Podemos ver la primera locomotora de vapor y ferrocarriles en las ciudades de Leeds y Swansea. Y es que todo esto sucedió en el pequeño estado insular de Gran Bretaña, en su mayoría a lo largo del siglo XVIII.
Poco después, ocurrieron cambios similares en otras partes, especialmente en el Océano Atlántico en Norteamérica (las colonias norteamericanas británicas, que después serían Estados Unidos) y en otras partes de Europa. Por ende, en ocasiones los historiadores discuten que la Revolución Industrial comenzó en Europa o en el Atlántico norte. En algunos casos, estos argumentos en realidad se usaban para respaldar puntos más importantes que la gente quería probar. Algunos académicos europeos abogaron por la superioridad europea, y los académicos estadounidenses, en particular, querían sugerir que Estados Unidos tenía un papel que desempeñar en esta importante innovación. Pero en general, la mayoría de los historiadores ahora concuerdan en que Gran Bretaña fue el lugar donde se inició la Revolución Industrial.
Causas locales de la primera industrialización
Incluso si la mayoría de los historiadores concuerda en la ubicación de la primera industrialización, con frecuencia discrepan acerca de dónde buscar explicaciones sobre por qué ocurrió primero en Gran Bretaña. Hay muchos argumentos diferentes en este debate, pero nos centraremos en dos. Primero, algunos académicos discuten que la Revolución Industrial ocurrió primero en Gran Bretaña debido a factores locales. Pero otros responden que Gran Bretaña se benefició de su posición particular en las redes mundiales.
Comencemos con el argumento de que fueron las condiciones locales únicas de Gran Bretaña las que hicieron que se industrializara primero, comenzando con la geografía y el entorno de la nación isleña. Como isla, Gran Bretaña era fácil de defender (al menos en la era moderna) y relativamente pacífica. También era bastante plana, lo que facilitaba el transporte de mercancías y la construcción de canales y vías férreas. Estos aspectos son fundamentales para una industrialización exitosa. Se necesitaban canales y vías férreas para trasladar el carbón desde los diversos lugares en que se encontraba hasta las ciudades y fábricas donde se usaba como combustible. Además, la tierra de Gran Bretaña era afortunada de tener todo un lote de carbón disponible. Comparen estas condiciones con Japón, otra isla pero con muchas montañas, y la vasta área de China, donde el carbón que tenían estaba muy lejos de las ciudades y lugares donde era probable que se construyeran fábricas.
Gran Bretaña también contaba con un panorama demográfico favorable. La población británica se expandía con rapidez en el siglo XVIII, a medida que las tasas de mortandad decaían y las de natalidad se elevaban. Esto significaba que había bastantes obreros para las fábricas, una vez que se construyeran. ¿Por qué? En parte porque la tierra agrícola, donde la mayoría de la gente había vivido como agricultores hasta este período, estaba siendo comprada por comerciantes. Estaban criando ovejas para usar su lana para producir telas para vender a esta población en crecimiento. Llamamos a este proceso “confinamiento”, y estaba ocurriendo más rápido en Gran Bretaña que en otras partes del mundo, incluso en Europa continental.
Podrían preguntárselo, pero con tanta gente cambiando al trabajo de fábrica, ¿cómo lograban cultivar comida suficiente? Este fue una consecuencia de la revolución agrícola que ocurrió antes del nacimiento de las fábricas modernas. En los siglos XVII y XVIII, los avances en agricultura nos dieron herramientas mejoradas como mejores arados, nuevos métodos como la rotación de cultivos y otras innovaciones que hicieron posible cultivar más comida con menor trabajo. Esto ocurrió en Gran Bretaña antes y más rápido que en muchas otras partes del mundo.
Una gran diferencia entre ser un agricultor que está en casa todo el tiempo y trabajar en una fábrica todo el día es que ya no tienes tiempo para hacer tus propias cosas: ropa, muebles, etc. Ahora se debían comprar cosas hechas en... lo adivinaron, las fábricas. La gente necesitaba más bienes de los que el trabajo manual podía producir, y aquello terminó por conducir a la industrialización. Pero la demanda de cosas de los trabajadores de las fábricas no era nada en comparación con la demanda de una clase media en crecimiento, en su mayoría comerciantes y personas que poseían algunas propiedades. Tenían más dinero y querían aún más bienes industriales.
Es importante destacar que esta clase media de comerciantes y profesionales también tenía poder político. Gran Bretaña, con su sistema parlamentario, dio a la clase media una representación en el parlamento. Debido a que estas personas tenían propiedades, aprobaron leyes que protegían la propiedad, haciendo que fuera más seguro invertir en nuevas fábricas y otras propiedades en Gran Bretaña que en cualquier otro lugar. En pocas palabras: las leyes y el gobierno ahora favorecían la industrialización. Estos hombres y mujeres también tenían dinero para invertir en innovación y financiaron a muchos de los inventores y manitas que crearon las máquinas que impulsaron la industrialización.
Causas mundiales de la primera industrialización
Todos estos factores locales pueden haber hecho más probable la industrialización en Gran Bretaña, pero algunos académicos aún argumentan que fue la presencia global de Gran Bretaña lo que ayudó a que se industrializara primero.
Ciertamente, el vasto imperio de Gran Bretaña los ayudó bastante. Los mercaderes y líderes británicos habían ganado mucho dinero por el comercio de esclavos en el Atlántico y el sistema de plantación. Podían invertir ese dinero en inventos y fábricas. La escala de las plantaciones de esclavos en América también podría haber inspirado a las fábricas. Las gigantescas plantaciones de azúcar en el Caribe británico, en particular, tenían sistemas de trabajo en cuadrilla y máquinas gigantescas muy parecidas a las fábricas que llegaron más tarde a Gran Bretaña.
Las colonias también fueron fundamentales para proporcionar materiales para la industria británica y alimento para los británicos. ¿Habría ocurrido la Revolución Industrial sin la madera y el algodón de Norteamérica y la lana de Australia? ¿Habría sido capaz el país de alimentar a los trabajadores sin las calorías del azúcar del Caribe, la carne de res estadounidense y el bacalao del Atlántico Norte? Incluso antes de la industrialización, la revolución agrícola había tomado parte en el resultado de observar cómo la gente cultivaba cosas en otras partes del mundo y adoptaba nuevos cultivos de América, como papas y maíz.
En última instancia, el comercio condujo a la producción británica. A comienzos del siglo XIX Gran Bretaña era probablemente la potencia comercial más grande del mundo, con una inmensa armada para proteger su imponente flota comercial. Particularmente, las exportaciones textiles británicas, ayudaron a impulsar el crecimiento de la industria. Junto con las fábricas que producían exportaciones, los puertos británicos se expandieron rápidamente en Liverpool, Londres, Glasgow, Bristol y otros lugares. Estos proporcionaron puestos de trabajo e impulsaron la expansión de los ferrocarriles que llevaban mercancías al puerto.
Por supuesto, cada una de estas teorías, estuviese enfocada en las causas mundiales o locales de la industrialización, tenía sus puntos críticos. Tal como ocurre frecuentemente en debates de este tipo, la respuesta es una combinación de tales factores. Pero nos ayudan a ver que analizar un importante suceso histórico en solo una escala puede llevarnos a sacar falsas conclusiones. Observarlo desde dos o más escalas nos puede ayudar a desarrollar una comprensión más compleja y probablemente más precisa de lo que realmente ocurrió.
Trevor Getz
Trevor Getz es profesor de historia africana y mundial en la Universidad Estatal de San Francisco. Ha escrito o editado once libros, entre los cuales se encuentra la historia gráfica galardonada Abina and the Important Men, y ha coproducido diversos documentales premiados. También es el autor de A Primer for Teaching African History, que explora preguntas sobre cómo deberíamos enseñar historia de África en la secundaria y en las clases de universidad.
Créditos de las imágenes
Este trabajo tiene licencia CC BY 4.0 excepto lo siguiente:
Portada: Watercolour por Thomas Rowlandson (1756-1827). Richard Trevithick (1771-1833), ingeniero de Cornualles y pionero de las locomotoras, fue responsable de construir la primera locomotora de vapor del mundo que funcionaba sobre rieles, la ‘Coalbrookdale’ de 1803. © Photo by SSPL / Getty Images.
Primeros establecimientos industriales en Gran Bretaña. Por WHP y George Chakvetadze, Alliance USA, LLC, CC BY-NC 4.0.
Las mercancías producidas en las fábricas tenían una gran demanda a medida que crecía el número de consumidores. El jabón, publicitado aquí por una compañía llamada Pears que aún existe, ¡revestía especial importancia debido a que la revolución industrial era realmente sucia! Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pears_Soap_1900.jpg
Muelles construidos en Londres para manejar el comercio de las colonias, siglo XVIII. Noten cuán plano es. Por SMU Central University Libraries, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:A_View_of_the_East_India_Docks._(13889384460).jpg