La revolución mundial de 1848
El diluvio: Revolución y crisis mundial
Has leído cómo las revoluciones del Mundo Atlántico cambiaron las ideas sobre la soberanía y el estado-nación. La siguiente unidad muestra cómo la Revolución Industrial conectó un mercado global. Estas transformaciones en la ideología y la industria no fueron simplemente fenómenos europeos. Se sintieron en todo el mundo y las revoluciones estallaron cuando la gente respondió al cambio.
En el siglo XIX, la expansión de los imperios europeos hizo que una mayor parte del mundo se integrara en un único sistema económico y bajo el sistema político del colonialismo europeo. El sociólogo Immanuel Wallerstein ha afirmado que el año 1848 marca el inicio de una "revolución mundial". Otros estudiosos, como el historiador C.A. Bayly, lo llaman la "crisis mundial de mediados del siglo XIX".
Como sea que lo llamen, algo grande empezó en 1848. El antropólogo David Graeber señala que en 1848 "estallaron revoluciones casi simultáneamente en cincuenta países, desde Valaquia hasta Brasil". Pero las crisis fueron más allá de 1848 y más allá de Europa. Los historiadores Michael Geyer y Charles Bright llaman a los años de 1840-1880 "un periodo de extraordinaria violencia", con 177 conflictos diferentes.
Veamos los años de 1848 a 1857. Fue entonces cuando docenas de revoluciones en Europa reconfiguraron la política y acabaron con la servidumbre europea. Una guerra civil en China sería la más mortífera de la historia, y hubo una revuelta militar contra el dominio británico en la India. ¿Por qué la mitad del siglo XIX fue tan mortífera y cómo se conectaron estos acontecimientos tan lejanos?
¡A las barricadas!
Has leído sobre dos formas diferentes de explicar la revolución: la ideología y la economía. Al igual que las revoluciones atlánticas, la revolución mundial de 1848 tuvo causas económicas y políticas. Las revoluciones europeas de 1848 comenzaron con mala suerte de la forma de malas cosechas.
En 1845, un hongo devastó las cosechas europeas de papas. Millones de personas murieron de hambre. Las malas cosechas de trigo y centeno de 1846 empeoraron la situación. La escasez de alimentos reavivó las demandas políticas de democracia. A estas demandas de liberalismo político de la clase media se unieron nuevas peticiones de justicia económica por parte de los trabajadores de las fábricas. Ambos grupos estaban animados por una fuerza creciente: el nacionalismo.
En Francia, la escasez de alimentos y la industrialización unieron una coalición diversa contra el rey. En febrero de 1848, estallaron revueltas en toda Francia. Los comerciantes, los liberales de clase media y los obreros de las fábricas se colocaron uno junto al otro sobre barricadas en las calles, obligando al rey a dimitir. Los revolucionarios redactaron una constitución que liberaba a todos los esclavizados de las colonias francesas y ampliaba el derecho de voto a todos los hombres.
Pero este es el problema de las coaliciones diversas: son diversas. Las clases medias querían un cambio político, como el derecho a estar representados en el gobierno. Las clases trabajadoras querían un cambio económico, como empleos seguros, comida y vivienda. Cuando el gobierno concedía derechos a las clases medias, los liberales de clase media solían abandonar a sus aliados de la clase trabajadora. Los revolucionarios de la clase trabajadora pedían gobiernos republicanos y socialismo, propuestas que la clase media consideraba demasiado radicales.
En Francia, los desacuerdos entre socialistas, liberales de clase media y campesinos hicieron que monárquicos y conservadores ganaran las elecciones. Después de que las violentas protestas de junio provocaran la represión del gobierno y 10.000 muertos, se celebraron elecciones. Luis Napoleón prometió a las clases medias ley y orden y algunos derechos políticos, pero nada para los trabajadores. Fue elegido presidente en diciembre de 1848, gracias a los votos de la clase media. Al final, los traicionó incluso a ellos. En 1852, disolvió la Asamblea Nacional, tomó el poder y se declaró el emperador Napoleón III.
Lo que ocurrió en Francia ocurrió en toda Europa. Los sueños de democracia y nacionalismo hicieron que la gente gritara pidiendo nuevas naciones. El fervor nacionalista inspiró a húngaros, alemanes y demás a exigir sus propios estados-nación. En el Imperio Austriaco y en Alemania estallaron revoluciones contra el statu quo. Estos movimientos obligaron a los gobernantes a aceptar algunos cambios, como el fin de la servidumbre en el Imperio Austriaco. Pero en cada caso, las divisiones entre los liberales de clase media y los trabajadores radiales debilitaron las revoluciones. Las élites y los monarcas explotaron estas divisiones para reafirmar su autoridad. En cada caso, los estados-nación de Europa resurgieron aún más poderosos y centralizados, aunque las clases medias obtuvieron algunos derechos políticos limitados.
Con el apoyo de las clases medias liberales al gobierno, se había restablecido una especie de orden. Los poderosos estados de Europa occidental siguieron consolidando su poder durante el siglo siguiente. Lo hicieron, en parte, uniendo el nacionalismo y la tecnología industrial para extender las colonias europeas por África y Asia.
La Rebelión Taiping y la Gran Revuelta de 1857
La revolución no se limitó a Europa. Después de 1848, estallaron conflictos similares en todo el mundo. Dos eventos dieron forma a la crisis de mediados de siglo en Asia. La Rebelión de los Taiping en China y el Levantamiento de la India de 1857 fueron acontecimientos mundiales. Los conflictos asiáticos de este periodo, especialmente en China e India, respondían en parte a la expansión del colonialismo europeo y a las nuevas fuerzas políticas, religiosas y económicas que lo acompañaban. Pero, ¿estaban estas rebeliones relacionadas con los acontecimientos de Europa, o eran algo diferente?
La Rebelión Taiping (1851-1864), dirigida por Hong Xiuquan contra la dinastía Qing, mató a 20 millones de personas. Fue un periodo de agitación económica para China. Los campesinos sufrían bajo un gobierno Qing fracasado, mientras que gran parte de la riqueza de China era drenada por el comercio internacional de opio dirigido por los británicos. Tras reunirse con misioneros europeos, Hong Xiuquan inició una rebelión que combinaba elementos de la religión cristiana y budista. Prometió acabar con el comercio del opio y crear una mejor vida para los campesinos, muchos de los cuales le siguieron rápidamente. Para 1853, los rebeldes declararon la ciudad de Nanjing como capital del Reino Celestial de la Gran Paz. Diez años después, una de las guerras más sangrientas de la historia terminó con la supresión de la rebelión por parte del emperador Qing. Sin embargo, el poder del emperador se debilitó, lo que abrió la puerta a más intervenciones europeas.
En la misma época, la Compañía Británica de las Indias Orientales (EIC, por su nombre en inglés), que gobernaba la mayor parte de India en 1857, cobraba impuestos excesivos a la población y no respetaba las costumbres locales. La mayoría de los soldados de la EIC eran indios. La EIC empleaba a 232.000 soldados indios, mientras que solamente 45.000 eran británicos. La empresa los trataba mal y, en 1857, los soldados indios se levantaron contra los británicos en el norte de la India. El conflicto fue brutal, y los británicos tuvieron que utilizar soldados indios de otras regiones para recuperar el territorio perdido. Tras la revuelta, el control británico de la India se hizo más estricto. El último emperador mogol fue exiliado y el gobierno de la EIC en India llegó a su fin, sustituido por la administración directa del gobierno británico en Londres.
Tanto la rebelión de los Taiping como el levantamiento indio de 1857 fueron respuestas al colonialismo europeo y a la difusión de las ideologías. En China, el imperio se estaba recuperando de la derrota en la Primera Guerra del Opio de 1842, lo que obligó al emperador a abrir los puertos chinos al libre comercio y a entregar Hong Kong a los británicos. En la India, 150 años de control británico se convirtieron en demasiado para soportar. Algunos estudiosos llaman a la Rebelión Taiping un levantamiento nacionalista y dicen que el levantamiento de 1857 inició el movimiento de independencia nacional indio. Pero, ¿están en lo cierto?
Ondas y contracorrientes
Algunas de las mismas ideas de soberanía y nacionalismo que motivaron a los revolucionarios de 1848 también inspiraron a los súbditos coloniales. Al igual que los trabajadores pobres y las clases medias liberales de Europa, estos revolucionarios asiáticos se rebelaban a ser gobernados, pobremente, por gobernantes distantes y ante el sufrimiento económico. Y las ideas y los acontecimientos europeos tuvieron un impacto en India y China, cuyos puertos y ciudades estaban estrechamente vinculados a Europa. Pero al mismo tiempo, estos dos acontecimientos fueron realmente inspirados y dirigidos por ideas y líderes religiosos y filosóficos locales, más que por el liberalismo o el nacionalismo de estilo europeo.
Si las revoluciones de 1848, la Rebelión Taiping en China y el Levantamiento de la India de 1857 tienen algo en común, es esto: fracasaron. En Europa, los monarcas sobrevivieron a las revoluciones y compartieron el poder con los nacionalistas liberales durante un siglo. La dinastía Qing, aunque debilitada, sobrevivió hasta el siglo XX. El dominio británico en la India terminó hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Cada uno de estos levantamientos terminó con las élites gobernantes europeas en una posición de poder más fuerte con un estado-nación centralizado más fuerte.
Sin embargo, las revoluciones de 1848 tuvieron un impacto internacional. En particular, los radicales alemanes, italianos y polacos se unieron en las barricadas por solidaridad. Los monarcas de Europa se ayudaron mutuamente a evitar desastres. El zar ruso intervino para salvar al emperador austriaco de perder Hungría. Cuando las revoluciones fracasaron, muchos radicales europeos emigraron a América. Cientos de miles de inmigrantes alemanes lucharon en el ejército de la Unión durante la guerra civil estadounidense.
Otras luchas se extendieron por Asia, África y Oriente Medio después de 1865. Entre las décadas de 1840 y 1870, el Imperio Otomano se vio obligado a intentar reformas para satisfacer las necesidades de su propia clase media. En África Occidental, la colonia americana de Liberia declaró su independencia en 1847. Un poco más allá de la costa africana, los comerciantes de clase media intentaron crear sus propias naciones democráticas de estilo "liberal". La Confederación Fante de 1868-1871 (en la actual Ghana) fue uno de estos movimientos. Pero, al igual que otros en la región, fue sofocada por los gobernantes existentes y por la intervención británica. Se habían alcanzado los límites de la revolución, al menos durante un tiempo.
Fuentes
Bayly, C.A. The Birth of the Modern World, 1780-1914. Malden, MA: Blackwell Publishing, 2004.
Graeber, David. “A Practical Utopian’s Guide to the Coming Collapse.” The Baffler, no. 22, 2013.
Hobsbawm, E. J. The Age of Capital: 1848-1875. New York: Charles Scribner’s Sons, 1975.
Kelly, Patrick J. “The European Revolutions of 1848 and the Transnational Turn in Civil War History.” The Journal of the Civil War Era 4, no. 3, 2014.
Osterhammel, Jurgen. The Transformation of the World: A Global History of the Nineteenth Century. Princeton: Princeton University Press, 2014.
Vanhaute, Eric, Richard Paping, and Cormac O. Grada. “The European Subsistence Crisis of 1845-1850: A Comparative Perspective.” IEHC Session 123, 2006.
Wallerstein, Immanuel. “Citizens All? Citizens Some! The Making of the Citizen.” Comparative Studies in Society and History 45, no. 4, 2003.
Wallerstein, Immanuel. The Modern World-System IV: Centrist Liberalism Triumphant, 1789-1914. Berkley: University of California Press, 2011.
Bennett Sherry
Bennett Sherry tiene un doctorado en Historia de la Universidad de Pittsburgh y tiene experiencia docente de pregrado en historia mundial, derechos humanos y el Medio Oriente en la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Maine en Augusta. Además, es investigador adjunto en el Centro de Historia Mundial de Pitt. Bennett escribe sobre refugiados y organizaciones internacionales en el siglo XX.
Créditos de las imágenes
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Portada: República Democrática y Social Universal. La primavera del Pacto de los Pueblos. 1848. © Imagen por: Christophel Fine Art/ Universal Images Group via Getty Images<
Revolucionarios ocupan las barricadas en París. Por Horace Vernet, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Horace_Vernet-Barricade_rue_Soufflot.jpg#/media/File:Horace_Vernet-Barricade_rue_Soufflot.jpg
Napoleón III. Por Franz Xaver Winterhalter, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Franz_Xaver_Winterhalter_Napoleon_III.jpg#/media/File:Franz_Xaver_Winterhalter_Napoleon_III.jpg
Revoluciones alemanas en Berlín, 1848. Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Maerz1848_berlin.jpg#/media/File:Maerz1848_berlin.jpg
Una escena de la Rebelión Taiping. Por Wu Youru, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Regaining_the_Provincial_City_Anqing2.jpg#/media/File:Regaining_the_Provincial_City_Anqing2.jpg
La EIC castigó a muchos revolucionarios atándolos a barriles de cañones. Por Illustrated Times, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Blowing_Mutinous_Sepoys_From_the_Guns,_September_8,_1857_-_steel_engraving.jpg#/media/File:Blowing_Mutinous_Sepoys_From_the_Guns,_September_8,_1857_-_steel_engraving.jpg