Devastación de los viejos mercados
Reconstrucción del mundo: Orígenes de la Guerra Fría
La Segunda Guerra Mundial cambió cómo los humanos creaban, comerciaban y consumían productos. La guerra devastó a las naciones de Europa y Asia Oriental. Cerca 80 millones de personas murieron en la guerra. Después de la guerra, las naciones buscaban reconstruir y reconsiderar el sistema global, pero existía desacuerdo con respecto a la mejor forma de reconstrucción. Las mayores discrepancias se daban entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.
Las tensiones entre las dos superpotencias encendieron la chispa de la Guerra Fría. Se llamó guerra “fría” debido a que las dos superpotencias rara vez luchaban en contra de la otra. Por el contrario, protagonizaron una carrera armamentista e intentaron difundir su influencia por todo el mundo. Cada superpotencia lideraba con su modelo económico como el estandarte de paz y prosperidad. Cada una retrataba a la otra como signo de maldad. Los soviéticos creían en economías planificadas por el estado (en donde las decisiones y la propiedad recayeran colectivamente en el estado y no en privados). Pero los estadounidenses eran campeones del libre mercado. En su intento por obtener el favor de otros países para incorporarlos a su bando, ambos gobiernos enviaron grandes cantidades de ayuda financiera y militar a sus aliados.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética se expandía hacia Europa y Asia Oriental. Estados Unidos deseaba reconstruir Europa Occidental y Japón para crear un amortiguador en contra de la expansión soviética. Por ende, en 1948, Estados Unidos lanzó el Plan Marshall, nombrado en honor al Secretario de Estado George Marshall. Este plan otorgó mil millones de dólares en ayuda económica a diecisiete países en Europa occidental y meridional. La Unión Soviética y sus aliados en el Este de Europa rechazaron la ayuda del Plan Marshall. Aunque los esfuerzos estadounidenses tuvieron gran éxito en la Europa Occidental. Inmediatamente después de la guerra, la infraestructura de Inglaterra, Francia, Alemania y Japón estaba en ruinas. Las bombas y tanques de las potencias del Eje y los Aliados habían destruido ciudades enteras. En 1945, millones de alemanes quedaron sin hogar y su dinero casi no tenía valor. No obstante, con la ayuda de los Estados Unidos y la implementación de nuevas políticas, dentro de dos décadas, la economía alemana era la más grande de Europa. Japón, el Reino Unido, Francia, Grecia y otros aliados estadounidenses experimentaron “milagros” económicos similares mientras el mundo se reconstruía.
El historiador David Landes escribió acerca de las recuperaciones japonesas y alemanas. Insistió en que se desarrollaron en base al “trabajo, educación, determinación” y la asistencia financiera estadounidense. El objetivo de la ayuda estadounidense para estos países era “esquivar [bloquear] la presunta amenaza rusa”. Sin embargo, el sociólogo Immanuel Wallerstein, discrepaba. Argumentaba que la recuperación posguerra de Europa y Japón era menos idealista por parte de los estadounidenses. En cambio, afirmaba que los estadounidenses ayudaron porque “la economía mundial necesitaba el reingreso de estos países como principales productores y como principales clientes de la producción estadounidense”. Los estadounidenses abrazaron la idea de un “mundo libre” en oposición al mundo comunista de la Unión Soviética. Esperaban que el éxito de sus aliados convenciera a más países de unirse al bando estadounidense. Para la década de 1950, el gobierno estadounidense concebía toda política extranjera en el contexto de la Guerra Fría mundial.
Descolonización y dependencia económica
Uno de los cambios más importantes después de la Segunda Guerra Mundial fue el colapso de los imperios europeos en África y Asia. Con sus economías tambaleándose por causa de la guerra, los gobiernos europeos no podían mantener los costos del imperio. En 1945, más de un tercio de la población mundial vivía en una nación colonizada. Entre 1945 y 1970, casi todas las naciones coloniales obtuvieron su independencia.
A medida que las naciones europeas perdían sus colonias en África y Asia, muchas cosas ocurrieron. Se redujo la importancia de Europa en la política global. Desde 1946 a 1970, la membresía de las Naciones Unidas aumentó de 35 estados a 127. Los líderes de las nuevas naciones independientes de África y Asia viajaron hasta las Naciones Unidas. Hablaron en contra de la explotación económica. También intervinieron en contra de la desigualdad racial alrededor del mundo. En la década de 1960, surgió el Movimiento de Países No Alineados. Fue liderado por el primer ministro hindú, Jawaharlal Nehru. Los miembros de este movimiento se rehusaban a unir fuerzas con los Estados Unidos y con la Unión Soviética. Por el contrario, decidieron invertir en sus propios países.
El renacimiento económico de Europa Occidental y Japón se basó en la explotación de las antiguas colonias de Europa. Europa y Japón utilizaron el dinero de Estados Unidos para reconstruir sus países. Pero también necesitaban materias primas. Bajo el imperialismo europeo, los europeos dependían de las personas en África, Asia y Latinoamérica para producir cultivos comerciales. Los cultivos comerciales se vendían al extranjero para que el imperio obtuviera ganancias en lugar de favorecer el consumo local. Algunos ejemplos incluyen azúcar, cacao, caucho y algodón. Estos cultivos se enviaban desde las antiguas colonias europeas a las naciones ricas de Europa y Norteamérica. Allí, se convertían en bienes de consumo como barras de chocolate, llantas de automóviles y camisetas baratas y se revendían con ganancias. Así es como el cacao africano y el trabajo de los trabajadores (muchos de ellos niños) se convierten en barras de chocolate en las tiendas de comestibles estadounidenses.
Los agricultores africanos utilizaron sus mejores tierras para producir cultivos comerciales, de los que dependían económicamente. Con menos tierra para cultivos alimentarios, muchas naciones africanas dependían de las importaciones de alimentos o de la ayuda de los países ricos. Esto generó un sistema de dependencia. Los países ricos se hicieron más ricos al convertir los recursos de los países pobres en bienes de consumo. Los países pobres se volvieron dependientes del comercio exterior, los préstamos extranjeros y la ayuda exterior para alimentar a su gente. El dominio político del imperialismo se convirtió rápidamente en la dependencia económica del neocolonialismo, un término acuñado por el primer presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, para describir este ciclo de desigualdad entre naciones ricas y pobres.
Los líderes en África, Asia y Latinoamérica intentaban escapar de este ciclo de dependencia. Hicieron esto mediante la construcción de sus propios países. Con frecuencia, intentaban hacer esto nacionalizando la industria. Nacionalizar la industria significa tomar industrias privadas y colocarlas bajo la propiedad pública del gobierno. El primer ministro de Irán, Mohammed Mosaddeq, nacionalizó la industria petrolera de su país. Hasta 1953, la industria petrolera de Irán estuvo controlada por la Anglo-Iranian Oil Company (ahora conocida como BP).
En Egipto, el presidente Gamal Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez en 1956. Aquello acabó con casi un siglo de propiedad británica. Otros líderes como el presidente Kwame Nkrumah de Ghana y el presidente Salvador Allende de Chile se embarcaron en proyectos similares de industrialización lideradas por el estado.
El gobierno estadounidense concebía toda política extranjera como parte de la Guerra Fría. Como consecuencia, sospechaban de este tipo de políticas destinadas a la independencia económica. Estados Unidos sospechaba de que estuviesen asociados con el comunismo y la Unión Soviética. Los presidentes estadounidenses, el Congreso, el ejército y las agencias de inteligencia a menudo emprendían acciones para combatir estas políticas de nacionalización. Contemplaban las políticas como difusión del comunismo. Mosaddeq, Nkrumah y Allende fueron todos retirados del poder mediante golpes de estado. En cada uno de estos golpes la CIA cumplió cierta función o se sospecha que lo hizo. En estos tres casos, los nuevos gobiernos realinearon a sus países dentro de los Estados Unidos y privatizaron las industrias de sus naciones. Con frecuencia, el ascenso de dictadores continuaba tras la caída de los líderes nacionalistas. En Irán, por ejemplo, Mohammad Reza Shah Pahlavi gobernó su país después de 1953 como dictador hasta la revolución iraní de 1979.
Consumo y desigualdad
El renacimiento de Europa Occidental y Japón y la nueva riqueza estadounidense crearon un auge en el consumismo. Los estadounidenses se mudaron a los suburbios para vivir en casas que llenaron de lavadoras y nuevos bienes de consumo de plástico. Compraban autos para conducirlos desde sus casas hasta sus trabajos en las ciudades. Estos autos necesitaban petróleo, primero de Texas y luego de países del Medio Oriente. A medida que aumentó el consumismo en los países ricos, se disparó la demanda de materias primas como el cacao, el café y el caucho de los países más pobres.
Pero la desigualdad también era un problema dentro de las naciones ricas. Por ejemplo, mientras las clases consumidoras blancas prosperaban en los Estados Unidos, los consumidores negros se hallaban a sí mismos excluidos del nuevo sueño estadounidense que incluía autos y casas en los suburbios. En muchos casos, tales como en la segregación de Jim Crow en el sur y el Redlining1 en el norte, las políticas y leyes oficiales sistemáticamente rechazaban la igualdad de oportunidades económicas.
El término de la Segunda Guerra Mundial también señalizó reveses para la igualdad de géneros en los Estados Unidos. Las mujeres habían mantenido las fábricas en funcionamiento mientras los hombres se dedicaban a luchar en Europa y el Pacífico. La historiadora Lizabeth Cohen escribe que las mujeres habían impulsado la economía en tiempos de guerra gracias a su trabajo y consumo. Pero fueron relegados a la esfera doméstica cuando los hombres regresaron de los campos de batalla a las fábricas. De hecho, surgieron nuevos sistemas fiscales en los Estados Unidos. Promovía hogares patriarcales tradicionales (dominados por hombres) “del padre que gana el pan y la madre ama de casa, lo que vuelve a las mujeres dependientes económicamente de los hombres”.
El periodo de 1945 a 1970 fue testigo de la reconstrucción de algunas de las economías más grandes del mundo. Un tercio de la población humana fue liberada de los lazos con el imperio. Sin embargo, este periodo también inició la Guerra Fría y el sistema de dependencia. Ambos produjeron décadas de conflicto. También generaron masivas desigualdades entre las naciones y poblaciones más ricas y pobres. Tales desigualdades solo empeorarían en las décadas de 1970 y 1980, y muchas se prolongaron hasta la actualidad.
1 Redlining es una práctica financiera y crediticia de excluir a personas de ciertos barrios y negar servicios públicos a ciertos barrios, a menudo con motivaciones racistas.
Fuentes
Cohen, Lizabeth. A Consumer’s Republic: The Politics of Mass Consumption in Postwar America. New York: Vintage books, 2003.
Landes, David. The Wealth and Poverty of Nations: Why Some Are So Rich and Some So Poor. New York: W.W. Norton and Co., 1999.
Wallerstein, Immanuel. “The World-System After the Cold War.” Journal of Peace Research 30, no. 1 (1993): 1-6.
Weisener-Hanks, Merry. A Concise History of the World. New York: Cambridge University Press, 2015.
Bennett Sherry
Bennett Sherry tiene un doctorado en Historia de la Universidad de Pittsburgh y tiene experiencia docente de pregrado en historia mundial, derechos humanos y el Medio Oriente en la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Maine en Augusta. Además, es investigador adjunto en el Centro de Historia Mundial de Pitt. Bennett escribe sobre refugiados y organizaciones internacionales en el siglo XX.
Créditos de las imágenes
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Portada: El primer ministro Jawaharlal Nehru (India), el presidente Kwame Nkrumah (Ghana), el presidente Gamal Abdel Nasser (Egipto), el presidente Sukarno (Indonesia) y el presidente Tito (Yugoslavia) en una “conferencia cumbre neutralista” en 1960. Estos líderes fueron llamados a EE.UU. y la URSS a reanudar las relaciones diplomáticas. © Bettmann/Getty Images.
La ciudad alemana de Núremberg en ruinas, 1945, a la derecha una estatua de Kaiser Wilhelm I. Por National Archives y Administración de Archivos, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Nuremberg_in_ruins_1945_HD-SN-99-02987.JPG#/media/File:Nuremberg_in_ruins_1945_HD-SN-99-02987.JPG
Gamal Abdel Nasser (Egipto), Josip Broz Tito (Yugoslavia) y Jawaharlal Nehru (India) en la conferencia de los Países No Alineados realizada en Belgrado, septiembre de 1961. Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jawaharlal_Nehru,_Nasser_and_Tito_at_the_Conference_of_Non-Aligned_Nations_held_in_Belgrade.jpg
El presidente John F. Kennedy se reúne con el presidente de la República de Ghana, Dr. Kwame Nkrumah, 8 de marzo de 1961. Por Abbie Rowe, Biblioteca Presidencial y Museo de John F. Kennedy, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:President_John_F._Kennedy_Meets_with_the_President_of_the_Republic_of_Ghana,_Osagyefo_Dr._Kwame_Nkrumah_(JFKWHP-AR6409-A).jpg
El shah de Irán, Mohammad Reza Pahlavi, y el presidente estadounidense, Lyndon B. Johnson, 5 de junio de 1964. Por la Biblioteca del Congreso, dominio público. http://www.loc.gov/pictures/item/2016646537/
Anuncio de lavadora automática General Electric de 1950, Life Magazine, 27 de marzo de 1950. Por SenseiAlan, CC BY 2.0. https://www.flickr.com/photos/91591049%40N00/39523748315
Mujer trabajando en una fábrica de aeroplanos, 1943, por Alfred T. Palmer, Oficina de Información de Guerra, Oficina de Consultas Públicas. Por Biblioteca del Congreso. Dominio público. http://www.loc.gov/pictures/item/95504675/