11 de Septiembre de 2001
8:46 a.m.
Sin duda, tus profesores y padres tienen una historia que contar sobre el 11 de septiembre de 2001. Probablemente recuerden dónde estaban cuando vieron por primera vez la imagen del vuelo 11 de American o del vuelo 175 de United impactando contra el World Trade Center. Para quienes vivieron los atentados del 11 de septiembre, las imágenes siguen siendo un referente en nuestras vidas. Pero si eres un estudiante de secundaria en EE.UU. hoy, los atentados del 11-S probablemente ocurrieron antes de que nacieras. Tu país ha estado en guerra toda tu vida.
En la mañana del 11 de septiembre de 2001, 19 hombres de la organización terrorista Al-Qaeda secuestraron cuatro aviones de pasajeros. Hicieron impactar dos de los aviones contra las torres del World Trade Center de Nueva York y uno contra el Pentágono. Un cuarto avión que se dirigía a Washington D.C., se estrelló en un campo de Pensilvania. Los atacantes mataron a 2.977 personas.
Este no era su primer ataque contra Estados Unidos. En la década de los 90, Al-Qaeda había lanzado otros ataques de menor envergadura contra objetivos militares estadounidenses y embajadas en el extranjero. En 2001, Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda que planeó los atentados, vivía en Afganistán bajo la protección de los talibanes. Los talibanes son un grupo político y militar islamista conservador que gobernaba la mayor parte de Afganistán en 2001. Tras el 11-S, el presidente estadounidense George W. Bush exigió a los talibanes que entregaran a Osama bin Laden. Cuando se negaron, una coalición liderada por Estados Unidos invadió Afganistán en octubre de 2001, y las tropas estadounidenses aún siguen ahí hoy, en la primavera del 2020.
Los atentados del 11-S mataron a miles de personas. Las guerras y las políticas que siguieron reconfiguraron la política exterior e interior estadounidense y pusieron en marcha una guerra global contra el terrorismo. ¿Por qué? ¿Qué causó estos atentados?
¿Por qué ellos nos odian?
Estas eran las preguntas que se hacían millones de estadounidenses en el otoño de 2001: ¿Por qué ellos nos odian? ¿Y quiénes eran "ellos"? Tras los atentados del 11-S, muchos estadounidenses centraron su atención en la diferencia más evidente entre sí mismos y los atacantes: la religión. Las noticias estaban llenas de términos como "extremismo islámico" e "islamismo". Muchos estadounidenses sabían poco sobre el Islam, la religión musulmana, y mucho menos sobre las formas radicales de pensamiento islamista que sigue una pequeña fracción de los 1.500 millones de musulmanes del mundo. Uno de los libros de texto de historia del mundo más vendidos en Estados Unidos durante la década de 1990 solamente hablaba del Islam en un capítulo, sobre los conflictos de los siglos XI a XIII conocidos como las Cruzadas. Por tanto, muchos estudiantes estadounidenses conocían al Islam solamente como una religión que existió hace 500 años. Tras los atentados, las ventas del libro sagrado islámico, el Corán, se dispararon. Era fácil, en un clima de miedo e ira, culpar a toda una religión de los atentados.
La idea de que los atacantes (y los musulmanes en general) odiaban a Estados Unidos porque odiaban la libertad "de estilo occidental" de los estadounidenses era reconfortante para algunas personas. Proporcionaba respuestas sencillas. El argumento era algo así: "El Islam no comparte los valores occidentales. Nos odian porque somos una sociedad libre". Pero culpar a toda una religión de 1.500 millones de personas por los sucesos del 11-S, cometidos por un grupo mucho más pequeño de extremistas, no fue una respuesta acertada. Hay, y había en 2001, muchos musulmanes estadounidenses, incluidos miembros de las fuerzas armadas, dispuestos a jugarse la vida por Estados Unidos. El Islam es una religión diversa que abarca muchas ideas, desde las seculares hasta las espirituales y las profundamente religiosas. El islamismo, la noción de que el Islam debe guiar la vida personal y la sociedad en general, tiene muchísimos practicantes pacíficos.
¿Por qué los odiamos?
La noción excesivamente simplificada de que el 11-S fue el resultado de una guerra entre el Islam y Occidente estaba muy arraigada en el pensamiento intelectual estadounidense de 2001. En la década de 1990, varios académicos intentaron explicar cómo cambiaría la política mundial en el nuevo milenio. El politólogo Samuel Huntington escribió sobre "El choque de civilizaciones". Sostuvo que "las grandes divisiones entre la humanidad y las fuentes dominantes de conflicto serán culturales". Huntington dividió el mundo en civilizaciones guiadas por diferentes ideologías. Ahora que la Guerra Fría había terminado, Huntington creía que la civilización occidental chocaría con la islámica. En los meses posteriores a los atentados del 11-S, el libro de Huntington se unió al Corán en las listas de los más vendidos. Fue muy popular en la Casa Blanca de George W. Bush (2001-2009).
Conforme los estadounidenses empezaban a recuperarse de la conmoción de los atentados del 11-S, surgió una tendencia inquietante. Según el FBI, aumentaron los delitos de odio contra los musulmanes. El 17 de septiembre, el presidente Bush calificó al Islam como una religión de paz. Pero el día anterior había anunciado una guerra global contra el terror, llamándola "cruzada". Las Cruzadas fueron una serie de guerras medievales, en las que los ejércitos europeos cristianos invadieron estados musulmanes. La elección de palabras de Bush fue significativa porque enmarcó el conflicto en términos de civilización.
Nuevos enemigos y viejos conflictos
A diferencia de la idea del "choque de civilizaciones", las explicaciones más precisas de las causas de los atentados del 11-S reconocen la complejidad histórica. El colonialismo europeo en Oriente Medio durante los siglos XIX y XX sigue influyendo en la política de la región. Incluso después del colonialismo, mucha gente en Oriente Medio vio la injerencia de Estados Unidos y la Unión Soviética como un nuevo tipo de imperialismo. La Unión Soviética ocupó Afganistán en 1979 y libró una sangrienta guerra de guerrillas durante la mayor parte de la década de 1980. Estados Unidos financió y armó a las guerrillas, muchas de las cuales, incluido Osama bin Laden, acabarían uniéndose a Al Qaeda.
Después del colapso de la Unión Soviética en 1991, Estados Unidos parecía estar en la cima del mundo como la única superpotencia. En 1991, el ejército estadounidense dirigió una gran coalición, que incluía a muchos estados islámicos, en una campaña de gran éxito en la Guerra del Golfo contra el presidente iraquí Saddam Hussein. Pero desde la perspectiva de Bin Laden, la caída de la Unión Soviética y la Guerra del Golfo proporcionaron lecciones muy diferentes: Las superpotencias pueden caer. Bin Laden quería que la superpotencia restante también cayera. Durante la Guerra del Golfo, medio millón de tropas internacionales estaban estacionadas en Arabia Saudita. Sin embargo, Arabia Saudita es la sede de la ciudad santa de la Meca. Para un extremista religioso como Bin Laden, la presencia de tropas extranjeras en la tierra de la Meca era un insulto al Islam. Empezó a odiar tanto a Estados Unidos como a los líderes musulmanes que eran sus aliados en la Guerra del Golfo.
Bin Laden y su organización empezaron a dirigirse a los estadounidenses con ataques terroristas poco después de la Guerra del Golfo. Estos ataques formaban parte de una estrategia más amplia. Creían que atacando a Estados Unidos podrían provocar al gobierno estadounidense para que diera una respuesta desproporcionada. Esto pondría a la opinión pública del mundo islámico en contra de los estadounidenses. Esto, a su vez, provocaría la caída de los gobiernos moderados y seculares del mundo islámico, lo que permitiría a Bin Laden y a sus aliados crear un estado extremista y religioso en Oriente Medio.
Guerra interminable
Estados Unidos sí reaccionó a los acontecimientos del 11-S, pero los resultados no fueron exactamente como los había imaginado Bin Laden. En octubre de 2001, el ejército estadounidense y decenas de aliados invadieron Afganistán. La coalición derrotó rápidamente a los talibanes en lo que el ejército estadounidense denominó "Operación Libertad Duradera". Pero se trataba de una guerra global contra el terrorismo, y para la administración Bush, el conflicto acababa de empezar. El presidente situó a los grupos terroristas como Al Qaeda en un "Eje del Mal" que incluía a estados poco amistosos como el Irak de Saddam Hussein. Sin embargo, Irak no había participado en los acontecimientos del 11-S. Al relacionar incorrectamente el terrorismo con Irak, el gobierno creó una justificación para otra guerra. El presidente Bush dejó clara su opinión, diciendo "o están con nosotros o están con los terroristas". Los estadounidenses y una coalición más pequeña de aliados invadieron Irak en 2003 en contra de los deseos de las Naciones Unidas, alegando falsamente que Saddam Hussein estaba construyendo armas de destrucción masiva.
La invasión de Irak formaba parte de una campaña para combatir el terrorismo derrocando a líderes hostiles y sustituyéndolos por gobiernos democráticos instalados por Estados Unidos. Pero los resultados de esta estrategia fueron un desastre. A pesar del amplio apoyo público en EEUU a la invasión de Irak y a la caída de Saddam Hussein, la guerra se prolongó. Irak se sumió rápidamente en una guerra civil, y la invasión estadounidense aumentó el reclutamiento de grupos militantes en Oriente Medio, tal como esperaba Bin Laden. Sin embargo, EEUU mantuvo el apoyo de la mayoría de sus aliados musulmanes en la región. Las fuerzas especiales estadounidenses mataron a Osama bin Laden en 2011, durante el primer mandato del presidente Obama.
El asesinato de Bin Laden no puso fin a la guerra global contra el terrorismo. Para el 2011, habían surgido nuevas amenazas y nuevos líderes en la región. El más infame de ellos se autodenominó Estado Islámico (ISIS). En Afganistán, los talibanes fueron derrocados en 2001, pero en 2020, Estados Unidos vuelve a intentar negociar con los talibanes para poner fin al conflicto.
El costo
En Estados Unidos, dos décadas de guerra han transformado la vida doméstica. Medidas gubernamentales como la Ley Patriótica y el Departamento de Seguridad Nacional han aumentado los poderes del gobierno en las fronteras, en los aeropuertos y en la vida privada. La guerra de Afganistán ha superado recientemente a la guerra de Vietnam como el conflicto más largo de Estados Unidos. La financiación de estas guerras ha cambiado la economía estadounidense. En el gráfico siguiente verás que, en 2014, el gobierno de EE.UU. gastó más dinero en su ejército que las nueve naciones siguientes combinadas, lo que aumentó la deuda nacional.
¿Cómo calculamos el costo del 11-S? Casi 3.000 personas murieron en los atentados. Miles de soldados han muerto en las guerras de Afganistán, Pakistán, Irak y Siria. Pero, por mucho, el mayor grupo de víctimas han sido civiles. Las estimaciones difieren, pero sabemos que cientos de miles de civiles han muerto en estas guerras. En la región, en general, Bin Laden consiguió lo que quería. La masiva ocupación militar estadounidense de varias naciones de Oriente Medio ha generado hostilidad hacia la presencia estadounidense y ha desestabilizado a varios gobiernos de Oriente Medio, causando un daño duradero a la influencia de Estados Unidos en todo el mundo.
Fuentes
Ansary, Tamim. Destiny Disrupted: A History of the World through Islamic Eyes. (New York: Public Affairs, 2009).
Khalidi, Rashid. Resurrecting Empire: Western Footprints and America’s Perilous Path in the Middle East. (Boston: Beacon Press, 2004).
Kuang Keng Kuek Ser. “Data: Hate Crimes Against Muslims Increased After 9/11.” PRI The World, 12 de septiembre de 2016. https://www.pri.org/stories/2016-09-12/data-hate-crimes-against-muslims-increased-after-911
Little, Douglas. Us Versus Them: The United States, Radical Islam, and the Rise of the Green Threat. (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2016).
Said, Edward. “Islam and the West are Inadequate Banners.” The Guardian. 16 de septiembre de 2001. https://www.theguardian.com/world/2001/sep/16/september11.terrorism3
Snyder, Robert S. “Hating America: Bin Laden as a Civilizational Revolutionary.” The Review of Politics 65, no. 4 (2003): 325-349.
Bennett Sherry
Bennett Sherry tiene un doctorado en Historia de la Universidad de Pittsburgh y tiene experiencia docente de pregrado en historia mundial, derechos humanos y el Medio Oriente en la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Maine en Augusta. Además, es investigador adjunto en el Centro de Historia Mundial de Pitt. Bennett escribe sobre refugiados y organizaciones internacionales en el siglo XX.
Créditos de las imágenes
Este trabajo tiene licencia CC BY 4.0 excepto lo siguiente:
Imagen de portada: Homenaje al 11 de septiembre con luces desde Bayonne, Nueva Jersey. Por Anthony Quintano, CC BY 2.0. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:September_11th_Tribute_in_Light_from_Bayonne,_New_Jersey.jpg
El vuelo 175 de United se estrella contra la Torre Sur del World Trade Center, 11 de septiembre de 2001. Por Robert J. Fisch, CC BY-SA 2.0. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:UA_Flight_175_hits_WTC_south_tower_9-11.jpeg
División de Huntington del mundo en diferentes zonas de civilización. Por Kyle Cronan, CC BY-SA 3.0. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Clash_of_Civilizations_map.png
Aviones estadounidenses sobrevuelan los campos petrolíferos en llamas de Irak en 1991. Del Departamento de Defensa de EEUU. Dominio público. https://www.446aw.afrc.af.mil/News/Photos/igphoto/2001335441/
Un gráfico que muestra los diez principales presupuestos militares del mundo en 2014. Por Max Roser y Mohamed Nagdy, de Our World In Data, CC-BY. https://ourworldindata.org/military-spending