Judaísmo

Por Merry Wiesner-Hanks, PhD
El judaísmo es una creencia monoteísta que se desarrolló entre el pueblo hebreo y se escribió por primera vez en el primero milenio a.C. A pesar de no ser nunca una comunidad grande, sus ideas tuvieron alta influencia en los sistemas de creencias posteriores y se esparcieron por un gran espacio geográfico mediante una serie de diásporas.

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Painted depiction of many people pressing their faces against a very large stone wall.

Introducción

A painting of a man holding his arm out, holding a wide-eyed expression

En este retrato de la sinagoga de Dura-Europas construida en el tercer siglo d.C. junto con el río Éufrates en lo que ahora es Irak, Moisés escucha la voz de Dios llamándolo desde un arbusto en llamas. Este evento es relatado en el Libro del Éxodo de la Biblia, capítulo 3. Dominio público.

En el primer milenio a.C., las tradiciones e ideas que anteriormente se habían transmitido oralmente con frecuencia se escribieron por primera vez en muchos lugares del mundo. Entre estas tradiciones escritas están las creadas por los hebreos, un grupo de personas que establecieron brevemente dos pequeños reinos en el área entre el Mediterráneo y el río Jordán conocida como Canaán. Sin importancia política en comparación con los imperios más grandes de la zona, como los egipcios o los babilonios, los hebreos crearon una nueva forma de creencia religiosa. Este era un monoteísmo basado en la adoración de un dios todopoderoso al que llamaban "YHWH", generalmente escrito “Yahveh” en inglés.

A partir de finales del año 600 a.C., los hebreos comenzaron a escribir sus tradiciones, leyes, historia y ética, las cuales fueron editadas y reunidas en cinco libros conocidos como la Torá. Se agregaron más historia y tradiciones, y otros tipos de obras (literatura de consejos, oraciones, himnos y profecías) para formar la Biblia hebrea. Los cristianos más tarde adoptaron esto y lo llamaron el “Antiguo Testamento” en paralelo con escritos cristianos específicos que llamaron el “Nuevo Testamento”. Estos escritos se convirtieron en el núcleo de la religión hebrea, el judaísmo. La palabra, judaísmo, viene del Reino de Judá, al sur de los dos reinos hebreos y el último ese fue la fuerza principal en desarrollar las tradiciones religiosas.

La mayor parte de la información acerca de los primeros hebreos proviene de la Biblia, algunos de los cuales han sido respaldados por evidencia arqueológica y otros documentos escritos. La extensa investigación de todo lo que la Biblia discute ha continuado durante siglos, con enormes controversias entre académicos y creyentes acerca de cómo interpretar estos hallazgos.

Ideas religiosas

El concepto del Pacto es una parte fundamental para la comprensión de la religión judía, un acuerdo que las personas creían que existía entre ellos y Dios. Según la Biblia hebrea, Dios se apareció al líder tribal Abraham, prometiéndole que sería bendecido, al igual que sus descendientes, si seguían a Dios. (Debido a que el judaísmo, el cristianismo y el islam se refieren a este evento como parte de sus orígenes, se les denomina como las “religiones abrahámicas”). La Biblia relata que Yahveh procedió a aparecerse ante un carismático líder de nombre Moisés cuando los hebreos fueron esclavizados por los egipcios. Moisés lideró a los hebreos fuera de la esclavitud y Dios hizo un pacto con los hebreos: si adoraban a Dios como su único dios, podría considerarlos como su pueblo elegido y protegerlos de los enemigos. Los primeros líderes, como Abraham y Moisés, y los individuos posteriores, como Jeremías, Ezequiel e Isaías, que mediaron entre Dios y el pueblo hebreo, eran conocidos como “profetas”. Gran parte de la Biblia hebrea consta de escrituras en sus voces, comprendidos como mensajes de Dios que los hebreos escuchaban.

De acuerdo con el texto bíblico, Dios también dio a los hebreos una serie de mandatos de conducta, los Dies Mandamientos. Estos se relacionaban con el culto y la ética, que requerían ciertos tipos de prácticas y acciones religiosas y prohibían otras, como robar, mentir, matar, maldecir y desear cosas que pertenecían a otros. A partir de los Diez Mandamientos se creó un sistema complejo de reglas que más tarde se redactó como la ley hebrea. Esto contemplaba normas sobre la alimentación y preparación de los alimentos, días sagrados, acciones sexuales, matrimonios y muchos otros aspectos de la vida. No está claro cómo estas reglas fueron seguidas durante el periodo bíblico. Al igual que con cualquier código de leyes, es mucho más fácil aprender sobre lo que se suponía que las personas debían hacer de acuerdo con la ley hebrea respecto a lo que realmente hicieron.

Los judíos participaban de rituales mediante los cuales mostraban su devoción con oraciones, adoración comunal, estudio de los textos sagrados y rituales en casa. También debían agradar a Dios viviendo de acuerdo a las normas de moral elevada y tratando a los demás de manera justa y equitativa. Se entendía que la bondad venía de Dios, un dios único trascendente que se convirtió en el único centro de la adoración. Los líderes religiosos eran importantes en el judaísmo, pero seguir personalmente las instrucciones de Dios registradas en los textos sagrados era la tarea central de los judíos observantes en el mundo antiguo.

Sociedad y vida familiar

Los hebreos eran en un principio pastores nómadas que seguían sus rebaños de ovejas y cabras. Se organizaban en tribus, cada tribu se conformaba de numerosas familias que se consideraban parientes unos con otros. Adoptaron la agricultura establecida en Canaán y algunos vivían en ciudades. Con el tiempo, el uso comunal de la tierra dio paso a la propiedad familiar o privada, y la devoción a las tradiciones del judaísmo reemplazó la identidad tribal.

A grey, white, and red mosaic shows a menorah, a candelabrum used for worship, along with two of the plants used to observe the Jewish holiday of Sukkot.

Este mosaico, de una sinagoga judía construida en el siglo VI d.C. en lo que hoy es Túnez, exhibe un menorá, un candelabro utilizado para el culto, junto con dos de las plantas utilizadas para observar la festividad judía de Sucot. Se han descubierto antiguos lugares de culto judíos en muchas ciudades afroeuroasiáticas. Dominio público.

El desarrollo de la vida urbana entre los judíos creó nuevas y más especializadas oportunidades económicas, particularmente en el rubro de la artesanía y el comercio. Las personas se especializaban en determinadas ocupaciones y, como en la mayoría de las sociedades antiguas, estos oficios eran negocios familiares. Las mujeres trabajaban en los campos junto a sus esposos en áreas rurales y en tiendas en las ciudades.

Las relaciones familiares también reflejaban circunstancias en evolución. El matrimonio y la familia eran un componente fundamental de la vida judía.

El celibato era mal visto y casi todos los principales pensadores y sacerdotes judíos, todos hombres, estaban casados. Como en otras culturas antiguas, el matrimonio era un asunto familiar, demasiado importante como para dejarlo únicamente al capricho de los jóvenes. La concepción de los hijos eran vista de cierta forma como una función religiosa. Los hijos eran especialmente queridos debido a que mantenían el linaje familiar mientras conservaban la propiedad ancestral en la familia. El primogénito se convertía en la cabeza de la familia tras la muerte de su padre. Las madres supervisaban la educación temprana de los hijos, pero a medida que los hijos crecían, sus padres proporcionaban la mayor parte de su formación. Más tarde, a medida que se desarrolló la educación formal entre los judíos, los niños también podían estudiar textos religiosos en escuelas o sinagogas, lugares de estudio y oración.

Desarrollos políticos y la propagación del judaísmo

Cuando los hebreos se establecieron en Canaán, enfrentaron problemas de índole espiritual, militar y política. No es sorprendente que a veces adoraran a los dioses agrícolas de sus vecinos, a pesar de las advertencias de los profetas de que no debían hacerlo. En cuanto a esto, seguían el patrón histórico de los neófitos al adaptar la cultura a una población más antigua y bien establecida.

La Biblia da cuenta de que el mayor peligro militar para los hebreos provenía de un grupo conocido como los filisteos, que habían establecido un reino en Canaán. Los hebreos encontraron un líder en Saúl, quien con sus hombres enfrentaron a los filisteos. Saúl estableció después una monarquía sobre las tribus hebreas. El trabajo de Saúl continuó bajo el alerón de David, quién capturó la ciudad de Jerusalén, convirtiéndola en el centro político y religioso del reino. En el siglo X a.C., el hijo de Davi, Salomón, lideró un programa de construcción que la narrativa bíblica describe como la inclusión de ciudades, palacios, fortalezas y carreteras. El más simbólico de estos proyectos era el Templo de Jerusalén, destinado a ser el corazón religioso del reino, un símbolo de la unidad hebrea y de la aprobación de Dios respecto al estado hebreo.

Este estado no duró mucho. Tras la muerte del rey Salomón el reino se dividió en mitades políticas. La parte septentrional se transformó en Israel y la mitad meridional se convirtió en Judá, con Jerusalén en su centro. Estalló la guerra entre las mitades del norte y del sur, debilitando a ambos bandos. Los reinos vecinos más fuertes conquistaron ambos, en ocasiones exiliando a los hebreos, y el área se convirtió en parte de los imperios más grandes que gobernaron esta área, incluidos los imperios persa, griego y romano. Los judíos no volvieron a tener su propio estado hasta la fundación de Israel en el siglo XX.

Los acontecimientos políticos y militares llevaron a los judíos a dispersarse ampliamente en una diáspora, primero por todo el Mediterráneo y luego más allá. Los judíos mantenían su cohesión como grupo a través de matrimonios mixtos, rituales compartidos y devoción a un texto sagrado. Rara vez buscaban activamente conversos. El judaísmo entonces comenzó su propagación geográfica, pero nunca alcanzó grandes cifras de adherentes en comparación a otras religiones del mundo. Hoy en día, la población judía del mundo se estima en unos 15 millones.

Fuente primaria: El Libro de los Salmos

Los hebreos creían que Dios castigaba a las personas, pero también creían que era un dios amoroso y perdonador que protegería y recompensaría a todos los que obedecieran sus mandamientos. Un himno registrado en el libro de los Salmos de la Biblia hebrea capta esta idea:

Bienaventurado todo aquel que teme al Señor, que anda en sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo; serás feliz y te irá bien. Tu mujer será como vid fecunda en el interior de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme al Señor. El señor te bendiga desde Sion, y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz sea sobre Israel! (Salmos 128:1-6)

Fuentes

Coogan, Michael D. The Old Testament: A Very Short Introduction. Oxford: Oxford University Press, 2008.

Goldenberg, Robert. The Origins of Judaism: From Canaan to the Rise of Islam. Cambridge: Cambridge University Press, 2007.

Provan, Iain, V. Philips Long, and Tremper Longman III. A Biblical History of Israel. 2nd ed. Louisville, KY: Westminster John Knox Press, 2015.

Merry Wiesner-Hanks

Merry E. Wiesner-Hanks es profesora distinguida de historia emérita en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee y actualmente cumple funciones como presidenta de la Asociación de Historia Mundial. Es autora o editora de treinta libros que han aparecido en inglés, alemán, francés, italiano, español, portugués, griego, chino, turco y coreano.

Créditos de las imágenes

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Portada: El Muro de los Lamentos, Jerusalén, Israel por Carl Werner © Photo by Fine Art Photographic Library/Corbis via Getty Images

En este retrato de la sinagoga de Dura-Europas construida en el tercer siglo d.C. junto con el río Éufrates en lo que ahora es Irak, Moisés escucha la voz de Dios llamándolo desde un arbusto en llamas. Este evento es relatado en el Libro del Éxodo de la Biblia, capítulo 3. Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:DuraSyn-I-O-Moses_burning_bush.jpg

Este mosaico, de una sinagoga judía construida en el siglo VI d.C. en lo que hoy es Túnez, exhibe un menorá, un candelabro utilizado para el culto, junto con dos de las plantas utilizadas para observar la festividad judía de Sucot. Se han descubierto antiguos lugares de culto judíos en muchas ciudades afroeuroasiáticas. Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Roman._Mosaic_of_Menorah_with_Lulav_and_Ethrog,_6th_century_C.E.jpg