Historias fascistas, Parte II: Ejercicio del autoritarismo

Por Amy Elizabeth Robinson
El liderazgo tenía un aspecto diferente dependiendo de la época y el lugar. Durante una época de temores e inestabilidad, los líderes fascistas vieron una oportunidad para experimentar con las extremas del al autoritarismo. Unas pocas personas podrían haber comprendido que estos experimentos estaban moldeando los horrores que vendrían, pero a penas reconocían el peligro.

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A photograph of a large, organized parade in the center of a town. Several men in uniforms and helmets stand watching the parade.

Introducción

Recordando la historia, podemos ver con frecuencia patrones que surgen justo antes de que eventos peligrosos o terribles ocurran. Un ejemplo es el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Resulta obvio para nosotros ahora, que el ascenso del autoritarismo, incluido el fascismo, estaba allanando el camino para que los líderes de muchos países dominaran la obediencia de poblaciones enteras, incluso cuando estos líderes comenzaran a ordenar el asesinato de los civiles. Podemos ver como Adolfo Hitler, Benito Mussolini y otros comenzaron a lanzar ataques contra periodistas, a controlar el flujo de información y a agitar las aguas del nacionalismo iniciando la persecución de las minorías étnicas o invadiendo tierras apetecibles. De cierta forma, sus acciones eran como experimentos, que presionaban las fronteras del gobierno autoritario para ver qué podían obtener de ello. Cuando nadie fue capaz de detenerlos, se volvieron más atrevidos y más agresivos. Este artículo relata algunos de estos experimentos.

África Oriental italiana

A postage stamp features an image of a modern Italian soldier, dressed in an animal skin.

Un sello postal de Libia bajo el dominio italiano. El soldado de la Italia moderna en la estampilla viste como un legionario romano. Los fascistas aducían que mediante la invasión a Libia, estaban creando un nuevo Imperio Romano, y así apelaban al nacionalismo italiano. Dominio público.

Mussolini, fundador del Partido Fascista Nacional Italiano, estaba entre los primeros en vivir dicha experiencia. Dentro de Italia, Mussolini fomentó las ideas de la razza y la stirpe (“la raza” y “la estirpe”). Los italianos pertenecían a ambos grupos, pero los extranjeros y los inmigrantes no. Estos fueron elementos importantes de su mandato. Su gobierno también argumentaba que los italianos necesitaban colonias, lo cual los proveería del Spacio Vitale o “espacio vital”. Esto significaba que los italianos necesitaban más espacio para vivir y esta política tuvo consecuencias fatales para los africanos en Libia y Etiopía.

En la década de 1920, Mussolini instauró una política vehemente referente a los extranjeros. Primero atacó la isla griega de Corfú. Tenía planes de expandirse a los Balcanes y adueñarse del territorio de Albania. También fue partidario de la represión brutal contra la resistencia anticolonial en Libia. Sus líderes militares recurrieron a armas químicas, la hambruna, campos de concentración y masivos reasentamientos de africanos libios para crear espacio para los colonos italianos. En 1935, Italia invadió Etiopía y ejerció medidas igualmente rigurosas.

Las historiadoras Ruth Ben-Ghiat y Mia Fuller explican que las colonias italianas ofrecían “terrenos de prueba para estrategias de gobierno y represión”. La agresión colonial también contribuyó al alza del racismo italiano. En 1938, Mussolini publicó una “Declaración de leyes raciales fascistas”. Declaró una política de estado de abierta discriminación en contra de africanos, árabes y judíos. Estos grupos, según sus palabras, se alejaban del biotipo de persona “occidental mediterránea” y europea. Debían ser conquistados o excluidos de la nación italiana.

Lebensraum alemán

El imperialismo alemán por mucho tiempo se basó en una teoría de crecimiento colonial llamando Lebensraum, que significa “espacio para vivir”. Lebensraum fue un término popular antes y durante el mandato nazi. En las décadas de 1890 y 1900, Alemania esperaba que sus colonias en el suroeste de África (actualmente Namibia) y el Pacífico ofreciera riqueza y un “hábitat” para los colonos alemanes. Entre 1904 y 1908 el ejército alemán usaba los campos de concentración y mano de obra esclava en el suroeste de África. Administraban estos campos y la mano de obra aplicando técnicas que más tarde se usarían contra los judíos y prisioneros de guerra soviéticos en la Segunda Guerra Mundial.

Bajo el mandato de Adolfo Hitler, la idea de Lebensraum estuvo fuertemente ligada a la raza y al antisemitismo. Los nazis intentaron definir quién pertenecía a la “nación” alemana, y expulsar y discriminar a quienes ellos creían que no. Por ejemplo, el programa de esterilización eugenésica obligatoria1 de Hitler comenzó en 1933. Antes de la Segunda Guerra Mundial siquiera comenzara, los médicos nazis esterilizaron a más de 350.000 personas. Estas eran personas a quienes se les juzgó como expositores de una “desviación social”, de una discapacidad o que tuviesen condiciones que ellos pensaban que podían ser hereditarias.

En 1935, los nazis aprobaron las leyes de Nuremberg. Estas leyes definieron quién tenía sangre “alemana” y quién no. Impusieron reglas en temas de matrimonio y relaciones sexuales entre los dos grupos, y quitaron la ciudadanía a los judíos y romaníes. Para 1938, los nazis comenzaron la deportación física de algunos judíos y discutían planes masivos de reasentamiento.

La Unión Soviética

Josef Stalin gobernó la Unión Soviética desde mediados de la década de 1920 hasta su muerte en 1953. Empleaba tácticas autoritarias para solidificar el control comunista de la Unión Soviética. Estas tácticas funcionaban en una época en que los comunistas se sentían amenazados tanto por los fascistas como por las democracias capitalistas en Europa. Al igual que Hitler y Mussolini, Stalin empleaba la violencia y la propaganda para mantener el orden y el poder. Sin embargo, no era un líder fascista. La ideología comunista era explícitamente internacionalista y antiracista. Mantenía un compromiso con todas las personas (hombres y mujeres) como obreros. Esto desafiaba las ideas tradicionales sobre el género. Pero en la práctica, el comunismo no siempre cumplía su ideología. En la década del 1930, la Unión Soviética bajo el mandato de Stalin fue un lugar de intensa violencia y temor.

Una mala cosecha en 1931-32 se agravaría por las políticas económicas soviéticas. Esto propició condiciones de hambruna. El gobierno respondió de manera insuficiente y culpó a los kulaks de la situación. Los kulaks eran campesinos en mejores situaciones que ahora se enfrentaban a la persecución y confiscación de sus propiedades. Se estima que entre 3,3 millones y 7,5 millones de personas murieron en Ucrania durante esta hambruna. Otros 2 millones murieron en Kazajstán Esta hambruna catastrófica provocada por el hombre se conoce ahora como el Holodomor.

Stalin y sus partidarios identificaron a sus enemigos en aspectos políticos y sociales. No emplearon la raza. Los kulaks solo son un ejemplo. A Stalin le obsesionaba dirigir sus esfuerzos para deshacerse de sus enemigos. Esto ocasionó la Gran Purga de 1936-38. Durante esta época, casi un tercio de los tres millones de miembros del Partido Comunista fue asesinado. Otro millón fue enviado a prisiones conocidas como Gulags. La purga creó un entorno de terror político agravado. El estado decidió quién era un enemigo de forma rápida, arbitraria (aleatoriamente) e irreversible. Estas decisiones incidieron en los funcionarios políticos, miembros del ejército, campesinos, minorías étnicas, artistas, científicos, intelectuales, extranjeros y ciudadanos soviéticos ordinarios.

Japón

Detailed, black and white drawing of people fleeing. One is carrying a large package, one is loading a wagon with belongings, and several others are following behind.

Un grabado de los refugiados huyendo de Manchuria después de la invasión japonesa. Por Albert Lloyd Tarter, galería Wellcome Collection, CC BY 4.0.

En la década de 1930, el gobierno japonés con mayor frecuencia se vio envuelto en el control de gobiernos autoritarios. Aunque no tenían características propias del fascismo, estos gobiernos estuvieron bajo una fuerte influencia de líderes militares e industriales dado que ambos sectores deseaban que Japón se apropiara de territorios en Asia. Japón aún era aquejado por el problema de tener muy pocos recursos naturales y requerían de minerales, madera y combustible del extranjero. Japón ya tenía algunas colonias, incluido Corea, pero muchos líderes empresariales y militares aducían que Japón merecía gobernar sobre gran parte de Asia. Creían que Japón tenía una cultura superior y que podía llevar un trabajo de gobierno sobre los asiáticos mejor que el realizado por los imperios europeos. Llamarían a su imperio la “esfera de coprosperidad de la Gran Asia Oriental”.

En 1931, las fuerzas japonesas invadieron Manchuria, en China. Cinco años más tarde también conquistaron Mongolia Interior y un año más tarde presionaron hacia la zona norte de China. En primera instancia, la resistencia fue tenue (inadvertida), pero creció rápidamente a medida que las fuerzas japonesas atacaban la capital china de Nanjing. Enojados por la creciente resistencia, las tropas japonesas asesinaron a unos 300.000 civiles. A pesar de que esta masacre nunca fue reconocida, algunos líderes japoneses la justificaron en privado como una medida necesaria para “apaciguar” (“generar paz”) en la población china, a quienes percibían como integrantes de una nación inferior.

Mientras tanto en casa, el gobierno japonés echaba por tierra progresivamente cualquier tipo de oposición a su esfuerzo de guerra. Aunque muchos civiles japoneses no respaldaban estos esfuerzos militares, el acto de cuestionar el gobierno o al ejército se transformó en algo peligroso. Muchos otros ciudadanos japoneses, sin embargo, adoptaban la causa de nacionalismo y expansión militar.

Conclusión

Las iniciativas autoritaristas italianas, alemanas y japonesas en la década de 1920 y 1930 tenían sus diferencias. Pero también podemos ver similitudes en las formas en las que surgieron. Por ejemplo, todos ellos adoptaron el nacionalismo, y todos encontraron formas de justificar la violencia en contra de los civiles. Y a pesar de sus diferencias, el hecho de que todas ocurrieran en un periodo de tiempo similar sugiere la presencia de un patrón global que posibilitaba todas estas acciones. A comienzos del siglo XX, los eventos en una ubicación podían tener repercusiones políticas, económicas y culturales. Y por supuesto, la creciente inestabilidad, la agresión, el racismo y le temor desencadenaron el estallido de la Segunda Guerra Mundial.


1 Eugenesia es un conjunto de creencias respecto a que las especies humanas pueden mejorarse a través de una reproducción selectiva. Se le conoce mayormente como una pseudo (falsa) ciencia y como una excusa para el racismo “científico”.

Amy Elizabeth Robinson

Amy Elizabeth Robinson es escritora, editora e historiadora independiente con un doctorado en la Historia de Gran Bretaña y el Imperio Británico de la Universidad de Stanford. Ha impartido docencia en la Universidad Estatal de Sonoma y Stanford.

Créditos de las imágenes

Creative Commons Este trabajo tiene licencia CC BY 4.0 excepto lo siguiente:

Portada: Desfile del Cuarto Aniversario de la República Italiana, con las tropas italianas y dignatarios nazi de visita en la Piazza Venezia, cómo se ven desde los escalones del Monumento de Victor Emmanuel II. © Thomas D. Mcavoy/The LIFE Picture Collection via Getty Images.

Un sello postal de Libia bajo el dominio italiano. El soldado de la Italia moderna en la estampilla viste como un legionario romano. Los fascistas aducían que mediante la invasión a Libia, estaban creando un nuevo Imperio Romano, y así apelaban al nacionalismo italiano. Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Stamp_Italian_Libya_1921_1c.jpg

Un grabado de los refugiados huyendo de Manchuria después de la invasión japonesa. Por Albert Lloyd Tarter, galería Wellcome Collection, CC BY 4.0. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:People_deserting_their_homes,_in_Manchuria,_as_a_result_of_b_Wellcome_V0010672.jpg