La Segunda Guerra Mundial
El abuelo Dan va a la guerra
No trabajo como historiador militar en la actualidad, pero fue la Segunda Guerra Mundial el evento que despertó por primera vez mi interés para ser un historiador. Cuando era un niño, solía sentarme a la mesa con mi abuelo y él me contaba historias sobre la guerra. Como hijo de una familia judía que había huido de Polonia, se unió al ejército británico cuando comenzó la guerra. Tenía deseos de golpear de vuelta a los alemanes que habían expulsado a su familia de su tierra natal. Lo que más recuerdo acerca del abuelo Dan, además de sus medallas y vivencias personales, era un relato de la Batalla de Montecassino. Allí fue cuando él, un oficial que lideraba tropas polacas bajo el uniforme británico, peleó junto a fuerzas armadas compuestas de soldados de la India, Nueva Zelanda, africanos franco parlantes y estadounidenses en contra de los alemanes en la cima de una montaña en Italia. Una verdadera guerra mundial.
Para el abuelo Dan y su familia, y para muchos otros europeos, la Segunda Guerra Mundial comenzó en septiembre de 1939, cuando los alemanes invadieron Polonia. Gran Bretaña y Francia, los aliados de Polonia, le declararon la guerra a Alemania como respuesta. Aunque para otros, la guerra había comenzado antes. La Segunda Guerra Mundial estalló debido a que tres de las principales potencias del “Eje” expansionista: Italia Fascista, Alemania Nazi y Japón Imperial, deseaban conquistar otros países y levantar imperios. Ante tal situación, se puede fechar la guerra en Asia hasta 1931, cuando Japón invadió China. O en África, podía fecharse hasta 1935, cuando Italia invadió Etiopía. Para los partisanos etiopes,1 la guerra comenzó cuatro años antes de que Alemania invadiera Polonia. En Europa, Italia conquistó Albania a comienzos de 1939. Alemania también había anexado a Austria y partes de Checoslovaquia antes de invadir Polonia.
Pero en general, fechamos el inicio de la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Alemania a Polonia en septiembre de 1939. Dicho ataque terminó por provocar a Gran Bretaña y Francia, quienes tenían ejércitos que realmente podían confrontar a las Potencias del Eje. Gran Bretaña y Francia se habían mostrado reacios a confrontarse a estos estados expansionistas. Pero Polonia tenía alianzas con Francia y más recientemente con Gran Bretaña. Entonces para cuando Alemania invadió Polonia, los británicos tuvieron que reaccionar. Por lo tanto, para fines de 1939, Gran Bretaña y Francia (y sus colonias) estaban en guerra con Alemania.
Un año terrible, 1939-1940
Después de la declaración de guerra en Europa, dos guerras casi separadas se llevaron a cabo en paralelo por dos años. En Asia, Japón seguía en guerra con China, avanzando hacia territorio interior. Los generales chinos respondían con contraataques, pero sus tropas tenían armamento insuficiente y carecían de unificación. Aún así, varias fuerzas chinas, incluidos los rebeldes comunistas, se las arreglaron para demorar e incluso detener la avanzada japonesa.
En Europa, mientras tanto, Alemania e Italia emprendían con el anexado de estados más pequeños. En el norte, Alemania ocupó Dinamarca e invadió Noruega. Luego, en mayo de 1940, las fuerzas alemanas se dirigieron a Francia a través de la neutral Bélgica. Los tanques y aeroplanos alemanes superaron a las fuerzas británicas y francesas, llevándolos hacia la costa. Solo una operación naval casi milagrosa logró salvar a gran parte del ejército británico en Dunquerque, pero Francia se vio obligada a rendirse el 25 de junio.
Una vez que quedó claro que Alemania estaba ganando, el líder italiano Benito Mussolini y su gobierno Fascista declararon formalmente la guerra a Gran Bretaña y Francia. Después de la caída francesa, se dirigió hacia el este y el sur. En Octubre, Italia declaró la guerra a Grecia, quien se convirtió en el primer nuevo aliado de Gran Bretaña. Plenamente superados en cuanto a armamento, los combatientes griegos, sin embargo, lograron repeler a los italianos. Gran Bretaña enviaron la ayuda que pudieron a los griegos, pero no era suficiente. Con la ayuda de las fuerzas alemanas, los Italianos finalmente se las arreglaron para conquistar Grecia. Yugoslavia también desafió a sus invasores. Incluso después de su conquista, los partisanos siguieron su resistencia contra los alemanes durante toda la guerra.
Italia abrió otro frente en el norte de África, donde sus fuerzas coloniales en Libia se prepararon para atacar a las fuerzas británicas en Egipto. Pero los británicos se movieron primero y conquistaron gran parte de Libia antes de que los refuerzos alemanes e italianos los hicieran retroceder.
La guerra se propaga, 1941
Con la mayoría de sus aliados conquistados y Francia ocupada, Gran Bretaña se encontraba ahora casi sola frente a las fuerzas triunfantes de Alemania e Italia. Esperaban recibir ayuda de Estados Unidos, pero los estadounidenses solo estaban dispuestos a dar algunos recursos. Gran parte de su atención estaba en Japón, cuya expansión en el Pacífico preocupaba a los Estados Unidos lo suficiente como para implementar un bloqueo a la venta de combustible a Japón.
Afortunadamente, Gran Bretaña era un imperio inmenso y estaba rodeado por el océano. La Fuerza Aérea Real Británica también se las arregló para detener una campaña de bombardeo masivo de los alemanes. Pero el panorama era bastante oscuro a lo largo de 1940 y en los primeros meses de 1941. Entonces, repentinamente, el 22 de junio de 1941, el líder Nazi alemán Adolfo Hitler cometió un enorme error que cambió la guerra. Este error fue una invasión sorpresa a la Unión Soviética. Hitler esperaba hacer con los soviéticos lo que se había hecho con Francia: una conquista rápida utilizando masas de tanques y aviones. Pero la Unión Soviética era mucho más grande y tenía más población que Francia. Las tropas alemanas se atascaron en las defensas alrededor de Moscú y, cuando llegó el invierno, los soldados alemanes que no estaban preparados comenzaron a congelarse.
La Gran Bretaña capitalista y la Unión Soviética comunista eran opuestos ideológicamente, pero cuando se trataba de los Nazis lograron encontrar puntos en común y dar paso a una alianza. Pronto, Gran Bretaña conseguiría otro gran aliado. El 7 de diciembre de 1941, las fuerzas japonesas atacaron la flota estadounidense en Pearl Harbor en la isla hawaiana de Oahu. Esta fue una respuesta al bloqueo de combustible interpuesto por Estados Unidos, pero también como parte del plan de Japón para invadir el sudeste de Asia, de donde podían obtener su propio combustible. Al mismo tiempo, las fuerzas japonesas atacaron las colonias británicas en el sudeste asiático y anexaron varias colonias francesas también. Pronto después, Alemania le declaró la guerra a los Estados Unidos.
Un giro del destino, 1942
Los Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética formaron una poderosa alianza. Pero la maquinaria de guerra del Eje continuaba su avance. Las fuerzas alemanas se adentraban en la Unión Soviética. Italia y Alemania estaban preparadas para expulsar a los británicos del norte de África. Las fuerzas japonesas ocuparon Filipinas y Nueva Guinea y avanzaron hacia el oeste, hacia China, hacia Birmania.
Luego, en la segunda mitad de 1942, hubo un cambio de escenario. Esto se debió en parte al resultado del enorme poder industrial de los tres aliados. Las fuerzas estadounidenses, soviéticas y británicas y sus aliados se equiparon rápidamente con enormes cantidades de nuevas armas. Otra razón fue la recopilación de información de los Aliados. La inteligencia de los Aliados interrumpió los códigos de los japoneses y alemanes. Mediante el descifrado de códigos se informó a los Estados Unidos que Japón iba a invadir la isla Midway en junio, y las fuerzas navales estadounidenses lograron llegar a tiempo para hundir numerosos portaaviones japoneses.
Midway fue solo la primera de una serie de victorias para los aliados que cambiaron el rumbo de la guerra. En octubre y noviembre de 1942, un ejército liderado por los británicos (incluido mi abuelo Dan), expulsó a las fuerzas alemanas e italianas del pueblo norteafricano de El Alamein de vuelta a Libia. Pero probablemente la victoria más importante fue la Batalla de Stalingrado, que culminó en febrero de 1943 cuando los soviéticos rodearon a un ejército alemán y comenzaron el largo retroceso hacia Alemania.
De camino a la victoria, 1943-1945
Por supuesto, las potencias del Eje aún no estaban derrotadas. Durante los próximos dos años y medio los Aliados tendrían que masticar una victoria contra la persistente oposición. Las fuerzas soviéticas libraron una guerra masiva, fatal y plagada de altos y bajos en contra de las tropas alemanas por todo el este de Europa. En Asia, las fuerzas chinas se coordinaron con las británicas en Birmania, mientras que los estadounidenses, los australianos y sus aliados recuperaban isla tras isla del poderío japones, a menudo dejando incontables pérdidas de vidas en el camino.
Mientras tanto, el abuelo Dan participó en la expulsión de las fuerzas alemanas e italianas del norte de África. Esta fue una campaña que contó con la ayuda de las tropas británicas y estadounidenses al mando del general Dwight D. Eisenhower, en donde desembarcaron a lo largo de los puertos occidentales de la costa del norte de África. Desde allí, las fuerzas combinadas invadieron Italia, llegando al continente en septiembre de 1943. Pronto caería el gobierno de Mussolini, y muchos italianos se unirían al bando aliado. Pero las fuerzas alemanas resistieron, forzando esa batalla masiva en Montecassino que fue la historia que más recuerdo sobre el abuelo Dan y la guerra.
En junio de 1944, las fuerzas británicas, estadounidenses y aliadas desembarcaron en Normandía, al norte de Francia y comenzaron su avanzada hacia Alemania. Otra armada desembarcó en el sur de Francia. Las fuerzas en Italia siguieron su ruta hasta el norte, con rumbo a Alemania. Pero estos intentos eran de pequeña envergadura, respecto a la cantidad de tropas que los soviéticos habían dispuesto contra Alemania desde el este. Todas las fuerzas se reunieron en Alemania y finalmente, en abril de 1945, los soviéticos capturaron Berlín, causando la rendición de Alemania.
¿La tarea pendiente? Derrotar a Japón. Habiendo perdido su imperio, sin acceso a materias primas, casi sin fuerzas navales o aéreas y con el grueso de su ejército varado en China, Japón no estaba en condiciones de seguir luchando. Pero se negaban a rendirse y por ende, debía planearse una invasión a las islas japonesas. Pero entonces, de manera controversial el presidente de los Estados Unidos decidió que sería mejor utilizar una nueva tecnología: la bomba atómica. Estados Unidos dejó caer dos bombas nucleares en ciudades japonesas: Hiroshima el 6 de agosto de 1945; y Nagasaki tres días más tarde. La devastación causada por estas bombas obligó a la rendición japonesa.
La Segunda Guerra Mundial había terminado, pero nos dejó un gran legado. Dicho legado es de escala mundial, como podrán ver en el resto del curso. Pero también es muy personal. Los recuerdos de la guerra del abuelo Dan se quedaron con él, incluso lo acechaban, y siempre estuvo dispuesto a compartirlos con aquellos que quisieran escucharlo. Recuerdo preguntarle una vez si había matado a alguien durante la guerra. Recuerdo que hizo una pausa antes de responder esa pregunta, para decirme que le había disparado a muchos soldados (él no los llamaba “enemigos”). Su respuesta me puso a pensar acerca de la tragedia humana de la guerra. Pero también me atraían estos relatos, y todos estos años después, es este tipo de dimensión humana lo que mantiene mi interés en la historia.
1 En este contexto, los partisanos son los guerreros de la resistencia que operaban en secreto tras las líneas enemigas en territorio conquistado.
Trevor Getz
Trevor Getz es profesor de historia africana y mundial en la Universidad Estatal de San Francisco. Ha escrito o editado once libros, entre los cuales se encuentra la historia gráfica galardonada Abina and the Important Men, y ha coproducido diversos documentales premiados. También es el autor de A> Primer for Teaching African History, que explora preguntas sobre cómo deberíamos enseñar historia de África en la secundaria y en las clases de universidad.
Créditos de las imágenes
Este trabajo tiene licencia CC BY 4.0 excepto lo siguiente:
Portada: Tropas aliadas marchando frente a las ruinas de una ciudad, luego de la Batalla de Monte Cassino durante la Segunda Guerra Mundial, mayo de 1944. © Photo by Pictorial Parade/Archive Photos/Getty Images.
Dan Gonski (abuelo Dan) y sus compañeros. Es el tercero desde la izquierda en la fila del frente. Fotografía propiedad del autor, Trevor Getz.
Avances japoneses y conquistas en el Pacífico, 1937-1942. Por San Jose, CC BY-SA 3.0. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Second_world_war_asia_1937-1942_map_en6.png
Partisanos yugoslavos y un voluntario judío que operan una radio detrás de las líneas nazis. De la Colección Nacional de Fotografía de Israel, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:JEWISH_PARACHUTIST_WITH_YUGOSLAV_PARTISANS_OPERATING_RADIO_TRANSMITTER_BEHIND_THE_NAZI_LINES.jpg
Batalla invernal en el Frente Oriental. De los Archivos Federales Alemanes, por Bild Bundesarchiv, CC BY-SA 3.0. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bundesarchiv_Bild_183-R98401,_K%C3%B6nigsberg,_Volkssturm.jpg
Conquistas alemanas e italianas en Europa, 1941-1942. Por San Jose, CC BY-SA 3.0. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Second_world_war_europe_1941-1942_map_en.png
El portaaviones japonés Hiryu tratando de escapar del ataque de los bombarderos estadounidenses durante la Batalla de Midway. Del Museo Nacional de la Marina de los EE. UU., dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Battle_of_Midway,_June_1942_(23617049169).jpg
La reconquista de Europa, 1943-1945. Por San José, según los mapas de las Bibliotecas de la Universidad de Texas, CC BY- SA 3.0. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Second_world_war_europe_1943-1945_map_en.png