Las Revoluciones del Atlántico

Por Malcolm F. Purinton
Las revoluciones pueden ser contagiosas. En cinco breves décadas de 1775 a 1825, muchas revoluciones en América y Europa derribaron el sistema colonial y las monarquías europeas del cual se estaban beneficiando.

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A painting shows a city on fire. Large billows of smoke blow into the sky.

Una era de revoluciones

Entre 1775 y 1825, las revoluciones a través de América y Europa cambiaron los mapas y gobiernos del mundo atlántico. Dentro de 50 años, los imperios europeos en América se encogerían y nuevas naciones se propagarían a través de todo América. Los revolucionarios fueron inspirados por los ideales de la Ilustración incluida la libertad individual. Pero también rechazaron la autoridad de gobernantes distantes. Los líderes revolucionarios establecieron nuevos países que en pocas instancias lograron cumplir sus promesas de gobierno democrático. La Guerra de la Independencia Norteamericana, la Revolución Francesa, la Revolución Haitiana y las diversas revoluciones en Latinoamérica se conectaban a través de redes de ideas, comercio y eventos globales que sacudieron al mundo durante algunas décadas radicales.

Durante gran parte del siglo XVIII, los imperios europeos lucharon entre sí en todo el mundo. El imperio británico ganó la Guerra de los siete años (1756-1763), pero la victoria fue costosa, y generó deudas en el imperio. Francia fue derrotada, humillada e incluso tenía deudas más grandes que los británicos. La deuda de esta enorme guerra ayudó a incentivar las revoluciones americanas y francesas. Ambos gobiernos intentaron pagar sus préstamo al gravar a individuos que no tenían mucho que decir al respecto. Para Gran Bretaña, gravar a sus colonias americanas parecía una gran idea, pero después de tanto tiempo de autogobierno y autonomía, los colonos de Norteamérica tenían ideas propias.

Painting of several large sailboats on a stormy sea. One of the ships has been badly damaged, with all of its sails torn down.
Una embarcación británica con graves daños después de una batalla cerca de La Habana, Cuba. Este tipo de cosas no era barata. Por Rafael Monleon Torres, Dominio público.

La Revolución estadounidense

Comenzando con la Ley del Timbre de 1765, Gran Bretaña intentó y fracasó al elevar los ingresos de sus súbditos en las colonias estadounidenses. Los colonos protestaron contra estos impuestos recargados y se amotinaron en las calles. En 1773, los británicos impusieron un nuevo impuesto, conocido como la Ley del Té. En respuesta, muchos hombres de Boston se vistieron como indígenas americanos y lanzaron té de embarcaciones británicas hacia el muelle de Boston. En respuesta, los británicos anunciaron las Leyes intolerables de 1774, las cuales cerraban el muelle de Boston, restringían las elecciones locales y expandían el poder del gobernador real. En septiembre de 1774, los colonos convocaron el Primer Congreso Continental en Filadelfia y decidieron no permitir ninguna concesión a la Corona. En abril del próximo año, comenzó la lucha entre las tropas británicas y estadounidenses en Lexington y Concord en Massachusetts.

Durante el Segundo Congreso Continental en 1776, los representantes adoptaron la Declaración de la Independencia el 4 de julio. Este documento declaró soberanía de los estados norteamericanos y registró los derechos naturales de la humanidad. En 1777, voluntarios franceses comenzaron a llegar en apoyo de la revolución y en 1778 el gobierno francés oficialmente forjó una alianza con el nuevo país norteamericano en contra de los británicos. Otros países también apoyaron a los estadounidenses, como España y Países Bajos, quienes declararon la guerra sobre Gran Bretaña en 1779 y 1780. El costo de la guerra y la presión de sus rivales europeos era demasiado para los ingleses. Así que finalmente reconocieron la independencia de las 13 colonias norteamericanas en el Tratado de París de 1783. Se dio vida a una nueva nación, pero no era del todo igualitaria. Por una parte, a pesar de obtener su propia independencia, los líderes de los Estados Unidos de América siguieron esclavizando a millones de personas viviendo en este nuevo país.

La Revolución Francesa

Mientras los soldados franceses regresaban a casa de la Guerra de los Siete Años, llegaron a casa solo para encontrarse con un régimen monárquico casi en banca rota. La nobleza y el clero bloquearon los intentos del Rey Luis XVI por elevar los impuestos. Para cambiar las leyes, el rey llamó a un ente representativo conocido como los Estados Generales en 1788. No se habían reunido desde 1614.

La población francesa se dividió en tres estados. El Primer Estado era el clero, el Segundo Estado era la nobleza y el Tercer Estado eran todos los demás. Los dos primeros estados gozaban de varios privilegios mientras que el Tercer Estado pagaba todos los impuestos y normalmente no tenía voz en el gobierno ni en la elaboración de leyes. Cuando el rey convocó a los Estados Generales, el Tercer Estado de pronto tuvo una voz.

Colorful drawings of soldiers In different colored uniforms holding heads on pikes.
El asalto a la Bastilla, prisión real en París para apoderarse de armas y liberar prisioneros políticos el 14 de julio de 1789. De la Biblioteca del Congreso, dominio público.

En mayo de 1789, la temporada de apertura de los Estados Generales se había paralizado. Aunque el Tercer Estado representaba a muchas más personas y tenía el doble de delegados, cada estado tenía el mismo voto. En junio, el Tercer Estado se reunió en soledad y declaró por sí mismo la Asamblea Nacional. Al sentirse amenazado por esta incursión, el rey Luis XVI envió un ejército hacia París. El 14 de julio, los parisinos respondieron asaltando la prisión real de la Bastilla. Allí, liberaron a varios prisioneros, se hicieron de armas para defender la ciudad y decapitaron a dos oficiales. El rey se retractó, pero el país ahora ya se había movilizado, no solo en las ciudades, sino también en el campo. A fines del verano de 1789, todos los privilegios de la nobleza y la iglesia fueron abolidos, y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano manifestaba que todos los ciudadanos eran iguales ante la ley y tenían derechos individuales. Dentro de los próximos dos años, Francia aboliría por completo la nobleza y aprobaría su propia constitución, estableciendo una democracia representativa.

El imperio francés contraataca

Los líderes de la Revolución Francesa se inspiraron en la democracia representativa establecida por la Revolución estadounidense. Empleando el lenguaje de la Ilustración, intentaron en un comienzo fomentar la armonía entre las clases sociales de Francia y establecer una monarquía constitucional con el rey Luis aún en el trono. Pero la revolución pronto se tornaría más violenta y radical a medida que los campesinos atacasen castillos y quemaran los registros de sus deudas. El nuevo gobierno se incautó y vendió los terrenos de la iglesia. En 1793, el rey Luis XVI y la reina María Antonieta fueron ejecutados en la guillotina y se declaró la República Francesa. Lógicamente, el resto de los monarcas europeos estaba bastante impactado.

La primera República francesa cambió radicalmente la estructura social y política del país. Demolió las estructuras de poder tradicionales y transformó la forma en que se organizaba y gobernaba el país. La Asamblea Nacional acabó con los privilegios de los nobles y dio fin al feudalismo en Francia. Incluso abolieron brevemente la esclavitud, lo que tendría un fuerte efecto en la colonia caribeña francesa de Saint Domingue. Pero la república estaba en pañales. Un general poderoso y popular llamado Napoleón Bonaparte pronto ascendió al poder y se declaró emperador en 1799. Sus ejércitos casi conquistaron toda Europa. Dondequiera que iban los franceses, terminaban con el feudalismo, promovían la igualdad de derechos y la tolerancia religiosa, y modernizaban las administraciones gubernamentales. Pero, tan liberador como eso suene, Napoleón también fortificó los valores franceses y la autoridad con un puño de hierro.

Una revuelta que llevó a una nueva nación

Al otro lado del Océano Atlántico, la gente de la colonia francesa de Saint Domingue (actualmente Haití) en la isla de Hispaniola observaba muy de cerca la Revolución Francesa. La colonia francesa era la colonia de plantaciones más rica del mundo, con alrededor de 8.000 plantaciones que producían el 40 por ciento del azúcar del mundo y aproximadamente la mitad de su café. Esta colonia lucraba gracias al trabajo esclavo. Había alrededor de 500.000 personas esclavizadas viviendo en Saint Domingue junto con otras 30.000 personas libres de color y 40.000 blancos. La población blanca en sí estaba abiertamente dividida entre propietarios ricos de plantaciones, conocidos como grandes blancos, y blancos pobres, conocidos como pequeños blancos. La estructura social de la colonia era bastante inestable, ya que blancos, personas libres de color y la población esclavizada que conformaba el 90 por ciento de la colonia tenías sus propios agravios. La adinerada colonia estaba estructurada en torno a la desenfrenada explotación y enormes desigualdades. En 1791, se transformaría en la revolución más radical de esta época.

La Revolución haitiana (1791-1808) era, más que cualquier otra, una revolución social por los derechos humanos y la igualdad sin tomar en cuenta el color de piel. Comenzó con una revuelta de personas esclavizadas en 1791 después de que la Asamblea Nacional aboliera la esclavitud. La Revolución haitiana estableció la segunda república independiente en América y la primera nación-estado independiente gobernada por gente de ascendencia africana.

Toussaint Louverture se alzó como el líder de la revolución. Se las arregló para superar la resistencia interna en la colonia y superar tácticamente a fuerzas extranjeras como los españoles y británicos. Fue un general brillante que contrarrestó el intento de Napoleón por recuperar el control francés sobre la colonia. La nación de Haití declaró formalmente su independencia el 1 de enero de 1804. Rechazó las jerarquías racistas europeas y definió a todos los haitianos como “negros”. Se desmanteló el sistema de plantación y Haití se convirtió en una nación de granjeros sobrevivientes que trabajaron en su propia tierra.

Las revoluciones latinoamericanas

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José de San Martin siendo recibido en el congreso de Buenos Aires en 1818. Del Instituto Nacional Sanmartiniano, por Reynaldo Giudice, dominio público.

¿Pueden imaginarse a un Estados Unidos en Latinoamérica? A comienzos del siglo XIX, algunos revolucionarios de Latinoamérica deseaban justamente eso. Pero la unión latinoamericana tan solo quedó como un sueño. En Norteamérica, los colonos lucharon contra los británicos. En Francia, las clases más bajas derrocaron al Antiguo Régimen. En Haití, los esclavizados lucharon contra los franceses y derrocaron a los acaudalados propietarios de plantaciones. Y en Latinoamérica, bueno, eso no estaba establecido del todo al comienzo. La población criolla dirigió la revolución en un principio. Los criollos son gente de ascendencia española o portuguesa nacidos en América. Se amotinaron en respuesta a los sucesos que ocurrían en Europa. En 1808, Napoleón invadió y conquistó España y Portugal, las dos potencias coloniales que controlaban Latinoamérica. De repente, las colonias latinoamericanas se encontraron sin un poder europeo directo que les dijera qué hacer.

En 1810, los campesinos de México se rebelaron porque querían su propia tierra y porque los precios de los alimentos eran demasiado altos. Dos sacerdotes, Miguel Hidalgo y José Morelos, lideraron la insurrección, pero finalmente fue sofocada por ricos terratenientes criollos con el apoyo de la Iglesia Católica. Tanto los criollos como la iglesia estaban alarmados por el radicalismo social de la revuelta y preocupados de que terminara como las revoluciones francesa y haitiana. Le siguió una declaración radical de independencia en 1821 a través de una alianza de las élites criollas adineradas y un clero más conservador.

El temor a rebeliones tan violentas como la haitiana y francesa se cernió sobre las revoluciones latinoamericanas de 1810 a 1825. Las divisiones entre las líneas raciales, clasistas e ideológicas solían terminar en violencia. En las regiones septentrionales de Latinoamérica, el general revolucionario Simón Bolívar luchó con éxito contra las fuerzas españolas y creó la transitoria “Gran Colombia” entre 1819 y 1830 que fue modelada después de los Estados Unidos.

Bolívar contaba con el apoyo de la relativa nueva nación de Haití y visitó el país dos veces. Haití incluso envió soldados y armas para ayudar a Bolívar a pelear contra los españoles. José de San Martín, otro revolucionario liberal, encabezó una revuelta contra los españoles en el sur de América Latina. Estas revoluciones no condujeron a repúblicas constitucionales de larga data y pronto serían reemplazadas por gobernantes a quienes les importaba más el poder que las ideas liberales que les permitieron gobernar en primer lugar y que gobernaron en base a políticas populistas, redes familiares y poderío militar.

Una era de revoluciones

Aunque cada una de estas revoluciones tenía sus propios orígenes, figuras importantes y resultados, a todos los vinculaban tres aspectos. Primero, todas ellas se inspiraban en ideas e ideales de la Ilustración. Segundo, cada revolución rechazó el gobierno sin representación. Finalmente, estaban conectadas mediante redes económicas y políticas. No es que todas las revoluciones discrepen en cada problema. La Revolución haitiana era la más radical. Los otros dieron como resultado un cambio político, en lugar de un cambio social o económico. Sin embargo, fue una época notable en la historia que condujo a la creación de nuevas naciones y el principio del fin del Antiguo Régimen en Europa y el colonialismo europeo en América.

Malcolm F. Purinton

Malcolm F. Purinton es profesor a tiempo parcial de Historia Mundial e Historia de la Europa Moderna en la Northeastern University y Emmanuel College en Boston, MA. Se especializa en Historia de los Alimentos y el Medio Ambiente a través de la cerveza y el alcohol.

Créditos de las imágenes

Creative Commons Este trabajo tiene licencia CC BY 4.0 excepto lo siguiente:

Portada: La Revolución haitiana 1791. © Imagen de: Universal History Archive/Universal Images Group/Getty Images

Una embarcación británica con graves daños después de una batalla cerca de La Habana, Cuba. Este tipo de cosas no era barata. Por Rafael Monleon Torres, Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:British_ships_in_the_Seven_Years_War_before_Havana.jpg#/media/File:British_ships_in_the_Seven_Years_War_before_Havana.jpg

Una pintura que muestra a ciudadanos de Boston arrojando alquitrán y plumas a un recaudador de impuestos mientras se lleva a cabo una fiesta de té en Boston en el fondo. Por John Carter Brown Library, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Philip_Dawe_(attributed),_The_Bostonians_Paying_the_Excise-man,_or_Tarring_and_Feathering_(1774).jpg#/media/File:Philip_Dawe_(attributed),_The_Bostonians_Paying_the_Excise-man,_or_Tarring_and_Feathering_(1774).jpg

El asalto a la Bastilla, prisión real en París para apoderarse de armas y liberar prisioneros políticos el 14 de julio de 1789. De la Biblioteca del Congreso, dominio público. https://en.wikipedia.org/wiki/File:Storming_the_bastille_4.jpg#/media/File:Storming_the_bastille_4.jpg

El ejército de Napoleón luchando contra los rusos durante las Guerras Napoleónicas. Por Viktor Mazurovsky, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Kavalerijskij_boj.jpg#/media/File:Kavalerijskij_boj.jpg

La colonia de Saint Domingue en el hemisferio occidental de la isla de Hispaniola que pronto se convertiría en la nación de Haití. Por Aldan-2, CC BY-SA 4.0. https://en.wikipedia.org/wiki/File:Haitian_Revolution.png

Revolucionarios haitianos peleando por la independencia en 1802. Por Auguste Raffet, dominio público. https://en.wikipedia.org/wiki/Haitian_Revolution#/media/File:Haitian_Revolution.jpg

José de San Martin siendo recibido en el congreso de Buenos Aires en 1818. Del Instituto Nacional Sanmartiniano, por Reynaldo Giudice, dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:San_Mart%C3%ADn_en_Buenos_Aires.jpg#/media/File:San_Mart%C3%ADn_en_Buenos_Aires.jpg